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Movimiento

Escrig esquiva su cese como vocal por Favara y seguirá al frente de la Mancomunitat

La propuesta de PSOE y PP para relevar al edil de Compromís no se vota - El secretario exige un expediente de revocación para revisar un acuerdo "válido"

Escrig, en el centro, junto al portavoz del PSPV, Rafa Gisbert. joan gimeno

El concejal de Compromís en el Ayuntamiento de Favara Arturo Escrig seguirá al frente de la Mancomunitat de la Ribera Baixa. La propuesta de los ediles del PSOE y PP para relevarle como segundo representante del consistorio en el ente comarcal no se llegó a votar ayer en el pleno extraordinario forzado por la oposición con este fin, tras emitir el secretario de la corporación un informe que considera que no procedía realizar esa votación.

Según este informe, los acuerdos adoptados en la sesión plenaria del pasado 28 de junio, en la que el voto de calidad de la alcaldesa (Compromís) permitió designar a Escrig como representante de Favara en la Mancomunitat, son totalmente válidos y no existe la posibilidad de que se vuelvan a someter a un acuerdo plenario ya que no existen indicios de nulidad en los mismos. El asesor jurídico de la corporación defiende la validez de aquellos acuerdos por lo que la única vía para dejarlos sin efecto sería tramitar un expediente para su revocación. Escrig, que con posterioridad fue elegido presidente de la Mancomunitat, seguirá por tanto al frente de la misma salvo que un hipotético recurso de PSOE o PP pudiera dejar sin efecto su elección como vocal.

La crisis en la izquierda de Favara, con el órdago lanzado por los concejales socialistas, fue el principal escollo que impidió reeditar en la Ribera Baixa el Pacte del Botànic y, como ya informó Levante-EMV, el concejal de Compromís se impuso a la candidata del PSOE, la edil de Almussafes Davinia Calatayud, gracias al acuerdo alcanzado por los nacionalistas con EU y el grupo independiente de Benicull.

El portavoz socialista en Favara, Rafael Gisbert, aprovechó su intervención en el pleno para «tender la mano» al equipo de gobierno «para poder trabajar juntos y aplicar políticas de izquierdas». Gisbert, en cualquier caso, mostró su malestar con Compromís al considerar que su grupo no se siente respetado y, tras reiterar el ofrecimiento -«las fuerzas de izquierdas deberían de hablar entre ellas y consensuar todos los puntos que se llevan al pleno», dijo-, advirtió de que si no hay un frente común el PSOE «realizará la oposición que corresponda».

El PP de Favara reclamó que se pasara a votación los puntos que figuraban en el orden del día ya que, como confirmó el secretario, el pleno de ayer forzado por la oposición era legal, si bien el técnico explicó que, en última instancia, era potestad de la alcaldesa, Oro Azorín (Compromís), someterlos a votación o no.

El PP abandona el pleno

La portavoz municipal de Compromís, Isabel Borràs, valoró como «una falta de respeto, una incoherencia y una falta de democracia» el intento de la oposición de forzar al equipo de gobierno «a trabajar de una forma que no es la deseada» -era la respuesta al intento de PSOE y PP de asignar la jornada completa a la alcaldesa- y reivindicó que, en el mandato anterior, «y a pesar de no estar liberada la alcaldesa, se ingresaron en las arcas municipales en concepto de subvenciones una media de 650.000 euros anuales gracias al trabajo de cada concejal».

Oro Azorín, por su parte, arremetió contra el PP al denunciar «la falta de transparencia y despilfarro», dijo, en las épocas en que ha gobernado en Favara. «A Compromís, la derecha de Favara no puede darnos lecciones de transparencia». Azorín acusó a la derecha de actitudes «fascistas y antidemocráticas» al querer imponerle como alcaldesa un salario, una alusión por la que se vio obligada a pedir disculpas y retirar el primer calificativo ante la insistencia del grupo popular. No así el segundo, que reiteró, por lo que los cuatro concejales del PP abandonaron el hemiciclo. Azorín afirmó que «todos aquellos que se presentan en una lista lo hacen con el convencimiento de trabajar por el pueblo, pero sentarse en una silla no exime a nadie de la responsabilidad con sus votantes y con los que les han votado. La ética política y el trabajo por favor al estar por encima de actuaciones estériles que hacen perder el tiempo a funcionarios y concejales, y que en definitiva van en detrimento del pueblo», dijo.

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