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Crisis en el campo

La campaña de fruta cierra con pérdidas para el labrador de hasta 40 céntimos por kilo

Los albaricoques se han pagado a una media de 15 céntimos cuando el coste de producirlos se acerca a 60 - Es la décima parte de su precio en la tienda

Campo de albaricoques arrancado sin llegar a recolectar la fruta. l-emv

A falta de las liquidaciones de los ciruelos, las cooperativas de fruta de verano de la Ribera ya dan por terminada la campaña de este 2019. La falta de precedentes lleva a todas las partes, desde el agricultor con el campo más pequeño hasta el dueño de la mayor explotación, a calificar esta como la peor campaña de la historia de la fruta de hueso en la comarca. Invariablemente, todos han tenido que lidiar con pérdidas por kilogramo. El balance final para cada agricultor lo marca el tipo de explotación y el volumen de producción de cada uno, pero los mismos directivos de las cooperativas de la Ribera dejan claro que no ha habido uno que haya podido ganar dinero con su trabajo.

La fruta de verano es uno de los cultivos más caros de producir. Carlos Climent, presidente de la cooperativa de Catadau, explicó ayer a este periódico que depende de varios factores. El del agua de riego es el gasto más alto, pero hay otras muchas inversiones variables: poda, cosecha, abonos, tratamiento en cooperativa... Y el seguro. «Es que en muchos casos, la venta final no ha llegado ni a cubrir el coste de la póliza», aseguraba Climent. En el caso de la cooperativa de Catadau, que recibe principalmente cosechas de melocotones, Climent estimaba que los costes por hanegada podían variar entre los 400 y los 600 euros, mientras que la media de ingresos se ha movido entre los 150 y los 200 euros. Las primeras variedades de la temporada, de menos productividad y por tanto un coste unitario mayor, han sufrido especialmente el descenso de este año, según añadió Climent, ya que incluso a principios de campaña los precios ya estaban a niveles «desastrosos».

Umbral de rentabilidad

Siempre teniendo en cuenta la fluctuación de precios a lo largo de la campaña, Joan Micó, gerente de la cooperativa de Llombai, realizó una estimación por producto. Los paraguayos y los melocotones de carne blanca han sido las frutas que han conseguido registrar un mejor precio de venta, aunque también lejos del umbral de rentabilidad: alrededor de 30 céntimos por kilo de media. Ligeramente por debajo se han situado los melocotones de carne amarilla y las nectarinas, a 25 céntimos por cada kilogramo de producto. Los albaricoques han sido, con diferencia, la fruta más maltratada de la campaña, a un precio de liquidación que se ha situado en 15 céntimos por kilo, según Joan Micó. Menos de una décima parte del precio mínimo al que se ha vendido en tienda. Teniendo en cuenta que los costes de producción se han movido entre los 50 y los 60 céntimos por kilogramo, Micó estima que los agricultores de la Ribera han perdido entre 30 y 40 céntimos por cada kilogramo de fruta de verano que han cultivado, cosechado y vendido esta temporada.

«Es un verdadero desastre. Lo que más preocupa ahora es si esta situación va a mantenerse o a cambiar. El futuro de la agricultura está en el aire», lamentaba Micó al término de su exposición de precios.

Climent, por su parte, ya daba por perdidos los albaricoques en la comarca, «y más pronto que tarde». Según aseveró, se han conocido casos de campos talados con el albaricoque aún en el árbol, ya que en algunos momentos de la campaña la recogida del fruto era más cara que su venta. Todo lo invertido en estas explotaciones han sido pérdidas netas, pero más asumibles que si se hubiesen recogido el fruto del árbol.

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