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Seguridad vial

Favara sufre un nuevo verano de atascos a la espera de las dos variantes

La alcaldesa reclama a todas las administraciones una solución que garantice la seguridad en el pueblo

La confluencia de la N-332 con la CV-510 en el casco urbano de Favara es un punto crítico. joan gimeno

La historia se repite. Favara vuelve a sufrir otro verano más las consecuencias de las largas colas que se forman cuando los vecinos de la Ribera Alta se acercan a la costa, especialmente a las playas de Cullera y Tavernes, a través de la CV-510 y del tráfico que, también con la costa como destino, soporta la travesía de la N-332. Se trata de una situación que, más allá de las molestias que genera (sobre todo durante los fines de semana), representa un problema de seguridad para una pequeña localidad que ha sufrido, en demasiadas ocasiones, accidentes de tráfico y atropellos de diversa gravedad.

El desvío de la N-332 y de la CV-510 son ya reivindicaciones históricas de este municipio de la Ribera Baixa ya que la confluencia de ambas en pleno casco urbano genera un cruce especialmente conflictivo. A su vez, la A-38 es uno de los puntos negros de la red de carreteras nacionales. El tramo que une las poblaciones de Cullera y Favara es uno de los que registra un mayor número de heridos y muertos. Además, Cullera tiene la necesidad de contar con un acceso sur que permita eliminar el colapso que sufre la entrada por Sueca que, sobre todo en época estival y en algunos fines de semana, registra largas retenciones. La crisis económica se tradujo en un tijeretazo sin precedentes en las inversiones públicas. Y, con ello, se retrasó la posibilidad de cualquier proyecto que aliviase el elevado tráfico que circula por Favara.

Los cambios de gobierno de las elecciones de 2015 se tradujeron en nuevos contactos y reuniones entre el gobierno local y la Diputación de València para intentar buscar una solución al trazado actual de la CV-510. La alcaldesa de Favara, Oro Azorín, insistió en que desde el 2015 «se intentan buscar soluciones que permitan a Favara contar con una variante como la que tienen Corbera o Llaurí». Azorín seguró que las «buenas promesas» de la diputación «no se vieron reflejadas en ningún tipo de proyecto que culminase en una variante que sacase el tránsito rodado por fuera de la población». La alcaldesa mostró de nuevo su malestar porque «una de las razones esgrimidas por los técnicos de la diputación para que no exista todavía un proyecto en condiciones para realizar dicha variante era, textualmente, 'porque afectaba en parte al Parque Natural de l'Albufera'», una afirmación sin sentido para la primera edil de Favara.

Promesas políticas

Después de muchas reuniones con la Diputación de València, en el año 2017 se consiguió un compromiso asumido por Pablo Seguí, por aquel entonces diputado de Carreteras. «Voy a intentar buscar soluciones para este tránsito rodado», comentó sobre la posibilidad de implementar medidas para pacificar el tránsito, un hecho que, a todas luces, ha sido insuficiente.

Otra de las soluciones aportadas de la Diputación fue desviar el tráfico desde Corbera por Sueca para poder acceder desde allí a la playa de Cullera; una alternativa que los propios usuarios descartaron rápidamente debido a que las colas en la A-38 suelen ser incluso más largas que las que existen en la CV-510. El Ayuntamiento de Favara también se reunió con el puesto de la Comandancia de la Guardia Civil de Gandia y solicitó que los agentes de Tráfico regulasen el acceso de los vehículos a la N-332, aunque la alcaldesa aseguró que la Benemérita argumentó «una falta de efectivos durante la época estival para poder acometer dicha solución».

La falta, por el momento, de una alternativa se traduce en que los vecinos todavía tienen problemas a la hora de cruzar la carretera Nacional, incluso para deambular por algunas de las calles céntricas de la población, ya que las colas de vehículos son interminables.

Para Azorín, la solución a este problema pasa «única y exclusivamente» por una reunión entre todas las administraciones implicadas. «Mientras no exista un consenso para buscar una solución a estos largos atascos que se producen en Favara, la integridad física de nuestros vecinos tendrá siempre un riesgo añadido», concluyó.

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