Este año estoy muy sorprendida, hay más 'botargues' niñas que de normal. Ver que lo que tú haces abre el camino a que esas niñas, que a lo mejor pensaban que jamás podrían salir en las procesiones, puedan bailar es muy guay», aseguró la joven Lola en declaraciones en exclusiva para Levante-EMV.
Entré en Els Tornejants por mi padre, recuerdo que ya venía desde pequeña y me gustaba ver el baile porque saltaban mucho y sus vestidos eran muy vistosos. Tras verlos varias veces, dije a mis padres que yo quería ponerme a ensayar en serio porque en un futuro querría salir a bailar», explicó Lola, que añadió a continuación: «Tendría unos diez o doce años cuando empecé y fui pasando por todas las etapas. Hasta los dieciséis no puedes ensayar con Els Tornejants, dejas de ser aprendiz y pasas a ser aspirante. Así que continué preparándome hasta este año, el de mis dieciocho y el lunes me dijeron que podría salir en la procesión. Después de todo el esfuerzo de tantos años ver cómo todo el trabajo y la ilusión tienen su recompensa, la emoción que te invade es tremenda».
El camino no ha sido fácil y ha estado lleno de baches, pero su perseverancia y buen hacer le han servido para tener la oportunidad de demostrar su valía. «He pasado por un proceso que ha supuesto un gran esfuerzo, para estar aquí debes tener una preparación física muy buena. Normalmente corremos tres kilómetros, hacemos ejercicios en los que practicas y perfeccionas los saltos y ya por último bailas. Requiere mucho trabajo y por eso te gusta más llegar a ser Tornejant, porque ves todo el esfuerzo que has realizado y es muy gratificante», comentó al respecto la joven de Algemesí.
Durante estos días, se han intensificado los entrenamientos y Lola es una más: «Esta semana he estado ensayando con todos los Tornejants, a pocos días de las procesiones solo ensaya la gente que saldrá en ellas así que me siento muy integrada en el grupo, me han recibido muy bien y ya ves que esto va en serio», argumentó.
Hoy, todos los ojos estarán posados en ella, algo que de momento no le preocupa: «No me veo muy nerviosa de cara a la procesión, aunque cuando tenga a tanta gente mirándome a lo mejor la cosa cambia. Por suerte, como llevamos una máscara no te ven la cara y puedes pasar desapercibida», bromeó Lola. Lo que es seguro es que, tras años de ensayos y con la ilusión que le invade, esta joven garantiza a Els Tornejants una persona que salvaguarde el tradicional baile.
