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Análisis

El PSPV de la Ribera Baixa se resquebraja

Cinco agrupaciones salen en defensa de la alcaldesa de Llaurí, acusada de desleal por la ejecutiva comarcal

El PSPV de la Ribera Baixa se resquebraja

Ni los buenos resultados electorales son capaces de calmar la marejada interna que, desde hace años, desgasta al PSPV de la Ribera Baixa. La rivalidad desatada entre las agrupaciones socialistas de las principales poblaciones de la comarca, la incapacidad de propiciar consensos internos que impongan una tregua y el aumento progresivo del número de agraviados ante los recelos que se desatan cada vez que se toma una decisión de calado han convertido el partido en un polvorín. El ataque lanzado por la ejecutiva comarcal contra la alcaldesa de Llaurí, Ana González, ha vuelto a enbravecer las aguas, que golpean de nuevo con fuerza hacia todos los lados.

La dirección comarcal se ha atrevido esta semana a difundir un comunicado nada diplomático cargado de ataques contra la primera edil socialista de Llaurí, a quien se reprocha su supuesta «deslealtad» al partido y se presenta como una aliada de Compromís y EU para evitar que la candidata propuesta por la ejecutiva y avalada por uno de los hombres fuertes del partido, el alcalde almussafense Toni González, accediera a la presidencia de la Mancomunitat. La andanada no sólo ha indignado a la afectada sino que ha provocado otro terremoto interno.

Una votación secreta

Las acusaciones vertidas desde la ejecutiva contra Ana González han despertado un gran malestar en muchas de las agrupaciones locales de la Ribera Baixa. La propia alcaldesa, en declaraciones exclusivas a Levante EMV, lamentó las formas empleadas para desprestigiarla y reprochó que se le acusara sin pruebas: «En ningún momento se puede demostrar que fuese Llaurí quien se abstuvo en la votación ya que la misma fue secreta, por lo que no se puede atacar sin rigor a nadie». Y proclama: «Nunca se podrá garantizar que fui yo quien me salté la disciplina de voto».

Pero González va más allá y acusa a la ejecutiva comarcal de «incompetencia» en las negociaciones abiertas para garantizar que la presidencia de la Mancomunitat recayera en el PSOE, como le correspondía por ser el partido más votado. «Ni el secretario general, Salva Martínez, ni el alcalde de Almussafes y negociador, Toni González, fueron capaces de aceptar las propuestas políticas que se estaban dando, y con su actitud solo lograron que el PSOE perdiese la presidencia que le ofrecían el resto de formaciones políticas». Tanto Compromís como Izquierda Unida propusieron que las alcaldesas socialistas de Fortaleny, Juani Clos, o de Llaurí fuesen las candidatas de consenso, «algo que el secretario general y Toni González no aceptaron en ningún momento».

«Voy a por ti»

Ana González ha desvelado que, durante las negociaciones, el alcalde de Almussafes se dirigió a ella «con palabras como 'voy a por ti'», mientras que Salva Martínez le espetó «que no era su secretario general» y que ella «no podía estar presente en las negociaciones, ya que no formaba parte del proyecto de la ejecutiva comarcal».

González afirma que la actual ejecutiva comarcal no representa a la totalidad del partido «puesto que solamente fue secundada por un 51% de los delegados» y critica que en ningún momento haya querido negociar con los representantes de la otra mitad. «No se entiende como tres años después de constituirse la ejecutiva comarcal todavía no se haya convocado el Comité comarcal pese a tratarse del órgano de debate y decisión más importante entre congresos, según establecen los estatutos del partido».

Solidaridad con González

Ante el comunicado difundido por la ejecutiva comarcal culpando a la alcaldesa de Llaurí, Ana González, de ser la responsable de la abstención en la votación de Davinia Calatayud como candidata socialista a la presidencia de la Mancomunidad de la Ribera Baixa, algunas poblaciones como Cullera, Corbera, Llauri, Favara, Fortaleny y parte de la militancia de Sueca (el sector que lidera Benja Mompó), además de El Perelló, han mostrado su «contrariedad por las afirmaciones vertidas desde la ejecutiva comarcal con acusaciones que no tiene sentido y que no hacen más que tensar y romper aún más la militancia socialista de la Ribera Baixa».

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