? Hay un hecho que destaca, por encima del resto, en la iniciativa alcireña de convertir la ciudad en un verdadero museo al aire libre: alcanza todos los barrios. El programa Alqueriarte, por ejemplo, ha dotado al barrio de l'Alquerieta, uno de los más deteriorados de la ciudad, de varios murales que conceden una imagen más amable de una zona relacionada, desgraciadamente, a la violencia y la delincuencia. Y es que muchos programas culturales pecan de concentrar su actividad en el centro de la localidad, pero este no es el caso. Es cierto que en el centro se han realizado muchas intervenciones artísticas, aunque también se ha actuado en la periferia. Además de las pinturas realizadas en l'Alquerieta, se han realizado también en Doctor Ferran o en la zona de Tulell. De ese modo queda patente la filosofía expresada por el gobierno alcireño en diferentes ocasiones, que no es otra que poner la cultura (en este caso en forma de murales artísticos) a disposición de toda la ciudadanía. De ese modo, no importa el nivel educativo o el poder adquisitivo, cualquier ciudadano puede plantarse frente a una obra de arte, admirarla y, por qué no, sacar sus propias conclusiones. El arte no sólo lo disfrutan aquellos que más lo entienden.