Es sólo cuestión de días. Los regantes de Llombai están a las puertas de cumplir una aspiración histórica: sustituir los caudales que hasta ahora tomaban del Magro por los del Canal Júcar-Turia a través de una toma construida en el año 1986 en Carlet con motivo de un episodio de sequía y a la que han recurrido después de forma puntual en momentos de necesidad.
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ya había resuelto favorablemente el cambio de concesión y, una vez la Comunidad de Regantes Séquia Alèdua-Mare de Llombai ha asumido las condiciones impuestas por un lado por la Comunidad General del Canal Júcar-Turia y por la Comunidad General de Forata, por otro, está a la espera de que los responsables del canal le indiquen el momento en que se formalizará la conexión, según explicó ayer el presidente de la comunidad, Vicent Adam.
Los regantes de Llombai ven en el cambio una doble ventaja ya que consideran que el canal ofrece más garantías en caso de sequía y, a la vez, mejora la calidad del agua. Vicent Adam detalló que en base a los ciclos históricos el canal puede presentar momentos de dificultad cada diez años mientras que en el caso de Forata y el Magro suele haber restricciones muy fuertes que se repiten cada cinco «y que a veces se han dado dos años seguidos», incidió. Por lo que respecta a la calidad del agua, Adam recordó que el exceso de cloruros en los caudales procedentes del Magro se deja sentir de forma muy negativa en el caqui.
La última asamblea de la comunidad de regantes celebrada días atrás acordó concertar un préstamo bancario para hacer efectiva la cuota de incorporación al canal, que asciende a 73.000 euros. «A lo largo de los años que ha venido funcionando la Comunidad General se han realizado unas inversiones y nosotros tenemos que pagar la parte alícuota», comentó Adam, mientras señalaba que, por otra parte, la Comunidad de Regantes Séquia Alèdua-Mare de Llombai también ha tenido que sellar todas las tomas que se han utilizado hasta ahora «para impedir el riego del Magro». «Esa parte la estamos rematando, ya está prácticamente todo sellado», comentó.
Cerca de 500 hectáreas
Cabe señalar que cerca de 500 hectáreas de cultivo se beneficiarán del cambio de caudales del río Magro por los del Canal Júcar-Turia alcanzando una reivindicación que viene de lejos, ya que la primera que se solicitó formalmente fue en el año 2001. No obstante, en los últimos años se reiteró la solicitud y se ha agilizado mucho el proceso a pesar de los cambios que ha obligado a realizar la renuncia de los regantes de Catadau, que también figuraban como beneficiarios en la petición elevada a principios de 2018. Los regantes de Llombai ya pudieron realizar pruebas al principio del verano para confirmar que la toma funciona correctamente y la junta de explotación del Magro ya les ha eliminado del reparto de aguas para la nueva campaña de riego.
