El Ayuntamiento de El Perelló piensa emplearse a fondo para conseguir que se paralicen los planes de reforma de la carretera CV-500. La «pacificación» del tráfico de ese vial ha provocado indignación en la franja litoral de La Ribera. La protesta ha unido a todo el espectro político al considerar que la ralentización circulatoria provocará un atasco monumental que ahuyentará a los visitantes. Comerciantes y representantes políticos aseguran que la pérdida de visitantes es palpable desde hace meses y auguran que, una vez concluya el proyecto impulsado por la Conselleria de Política Territorial y el Ayuntamiento de València, les espera la «ruina total del comercio». Los vecinos, que ya se manifestaron tras reducirse la velocidad a 60 km/h, estrecharse la calzada y colocase una línea continua de 13 km, volverán a tomar la calle.

El consistorio perellonero ha convocado una reunión urgente de la corporación municipal a fin de unificar criterios y acciones. «Vamos a movilizarnos y, además de presentar las alegaciones oportunas, hemos convocado para el día 25 de octubre, en el colegio público, una asamblea vecinal para que la ciudadanía tome conciencia de las consecuencias nefastas para las poblaciones afectadas», ha explicado el alcalde de El Perelló, Juan Botella, quien ha mostrado enérgicamente su rechazo al proyecto.

La asamblea espera contar con la presencia de representantes de La Dehesa, El Palmar, Perellonet, El Perelló, Mareny de Barraquetes y Sueca. Asimismo, se va a invitar a todos los grupos políticos de las Cortes Valencianas, Diputación de Valencia y Ayuntamiento de València. «Necesitamos la colaboración de todos para lograr la máxima asistencia, dada la gravedad del asunto. Para nosotros es un ataque en toda regla al bienestar de las personas y a la viabilidad de los comercios. Vamos a defender nuestros intereses con todos los medios a nuestro alcance» ha señalado el alcalde, quien ha comparado esta decisión con una ataque gravísimo a la estabilidad y futuro de El Perelló.