Los feligreses que quieren acudir a rezar a las parroquias de Sant Joan o Sants Patrons de Alzira se encuentran con la puerta cerrada. Ambas iglesias estarán fuera de servicio aproximadamente dos semanas, tiempo que tardará en llegar el nuevo sacerdote, a no ser que temporalmente se hagan cargo de los servicios pastorales otro cura sustituto, algo que hasta la fecha no ha ocurrido.

En su última eucaristía, el pasado domingo, Javier Oriola se despidió de sus feligreses, ya que ha sido designado a un nuevo destino, concretamente a Mislata. Hasta ese momento, él era el párroco de dos iglesias de Alzira: Sant Joan y Sants Patrons. Y aunque ya tiene un sustituto, éste no ha tomado posesión como sacerdote de dichos templos. Se espera que eso ocurra dentro de dos domingos, por lo que cuando suceda, ambas comunidades religiosas habrán estado dos semanas sin culto.

Se trata de un hecho que ha causado una gran sorpresa entre los feligreses, que están tan molestos como tristes. «Es algo que no había pasado nunca. Somos conscientes de que un cura necesita tiempo para vaciar su casa parroquial e instalarse en la nueva y que siempre hay un lapso de varios días entre que uno se marcha y viene el nuevo, pero normalmente se realizaban sustituciones temporales. Los párrocos funcionan como una hermandad y siempre se han producido suplencias para evitar que por este motivo o por cualquier otro la comunidad cristiana tuviese siempre su servicio pastoral. De hecho, mientras esperábamos la llegada de Javier Oriola existía una mejor coordinación y en aquel momento el párroco de la Virgen del Lluch, que por entonces era arcipreste de Alzira, realizó algunas sustituciones», comentaba uno de los feligreses de la parroquia Sant Joan, al respecto.

Las inquietudes en el colectivo se han dejado notar en las conversaciones que sus miembros tienen entre ellos. Algunos comentarios lamentan que se dé una imagen de desunión en el seno de la Iglesia. Además, el hecho de no contar con servicio pastoral les hace pensar que se encuentran un escalón por debajo con respecto al resto de feligreses.

Problemas de movilidad

El colectivo tampoco entiende que un sacerdote deba ocuparse de dos parroquias mientras existen templos que cuentan con dos pastores. «Estamos en una situación complicada. La gente puede pensar que podemos ir a otras iglesias, pero no todos pueden. Muchos de los feligreses son personas de avanzada edad, con problemas de movilidad que difícilmente pueden desplazarse. Es una lástima que esto ocurra porque ahora vendrá un nuevo sacerdote, que parece una bellísima persona por lo que todo el mundo comenta, y se encontrará con personas muy desanimadas», añadió un miembro de la comunidad cristiana de Sant Joan.

Evidentemente, si ningún párroco realiza las sustituciones durante el tiempo que tarda en tomar posesión el nuevo sacerdote, no se realizarán ceremonias de ningún tipo. «En el caso de las bodas o los bautizos no pasa nada, se puede retrasar un poco. ¿Pero qué hacemos cuando ocurra una defunción? Seguramente le dirán a los familiares de esa persona, que ha estado vinculada toda su vida a una iglesia, que se vaya a otra», lamentaba ayer un feligrés, que continuaba en tono jocoso: «Al final no quedará más remedio que darle vitaminas a aquellos que tengan una salud delicada y ver la misa por la tele».