Los ciclos se van cerrando en el Festival de Cine de Merda de Sueca. La mejor prueba de que ocho ediciones consecutivas dan para desarrollar su particular «star system» es que ya hay realizadores bien conocidos por el público que ganan premios de forma asidua. Así, el portugués Fernando Allé entra en el selecto grupo, junto a David Muñoz y Guillaume Rieu, de los que han ganado un premio «Shit» en dos ediciones del festival.

En este caso la película ganadora fue «Mutant Blast». Un thriller postapocalíptico producido por la mítica Troma que cuenta con un gran despliegue de sangre, amputaciones, vísceras, un hombre-langosta y un delfín mutante armado con una katana.

En la sección de cortometrajes arrasó el japonés Hikaru Tsukuda, con su pieza «Himiko The Godslayer vs. the daemon legion of Azure dragons». Un apoteósico tokusatsu donde la heroína, Himiko, traducida al valenciano como «Amparito Roca», lucha a muerte contra una horda de dragones malvados en mitad de un festival de explosiones y efectos especiales.

El espectador manda

En el CIM Sueca es el público, y no un jurado, quien elige las películas ganadoras. El público puntúa cada película y así se obtiene un ranking que se actualiza día a día. Además, es el único festival del mundo donde las películas que menos ha valorado el público también tienen premio. De hecho el galardón «Morralla», otorgado a las obras que menos puntuación consiguen, suele despertar las mismas expectativas y competencia que el «Shit». Finalmente, el premio «Morralla» lo ha ganado la obra «Ojo por ojo», del ilicitano afincado en Barcelona Michael Ramos. La brasileña «Coxinha 2», de Cristiano Sousa, se ha impuesto en la sección de cortometrajes.