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Fumigar con drones es posible

? Una empresa alcireña de tratamientos ofrecerá el servicio que reduce el producto que se consume al realizar una aplicación focalizada y mano de obra ?El sistema se puede utilizar contra el mosquito

Ramón Flor vuela un dron sobre un campo en una foto de archivo. L-EMV

Los drones son una herramienta que puede resultar muy útil en el campo. La empresa alcireña Desflor, especializada en el control de plagas tanto de carácter urbano como agrícola, recurre desde hace algunos meses a este dispositivo para coordinar desde el aire las aplicaciones que realiza el turboatomizador con el objetivo de asegurar una distribución uniforme del producto. Tras esta primera experiencia, se dispone a dar un paso más y utilizar estos vuelos no tripulados también en la aplicación de tratamientos fitosanitarios. Existen pocos precedentes, según explica el técnico Ramón Flor Palomares, que acaba de obtener el carné de piloto de drones que pueden cargar hasta quince kilos de peso. La reducción sustancial del producto que se utiliza, ya que a través de un vuelo rasante se realiza una aplicación más focalizada sobre los árboles que reduce el impacto ambiental, y el ahorro en mano de obra son algunas de las ventajas del sistema. «Queremos aplicar productos que funcionan por translocación, es decir, que la planta o el árbol los asimila y cuando los insectos o plagas acuden a las hojas para alimentarse, mueren», explica el técnico, que estima que Desflor será pionera en la Comunitat Valenciana en realizar tratamientos fitosanitarios con drones.

Tanto el técnico como el gerente de esta empresa familiar, Ramón Flor, destacan que se puede programar el dron para ajustar la velocidad de forma que con quince litros de un producto -en la proporción adecuada- se puede llegar a tratar una hectárea cuando, un atomizador convencional precisaría 1.500 litros de mezcla para cubrir la misma superficie. En casos así se reduce un 99 % el caldo que se pulveriza sobre una parcela agrícola. «Y cuando acabas, no sobra nada», destaca el gerente.

Ramón Flor comentó que ya ha entablado contactos con fabricantes para adquirir el dron que mejor se ajuste al uso que se le va a dar, que augura va a ser muy útil para los tratamientos que se aplican sobre el césped de campos de fútbol, rugby o golf. De hecho, indicó, también ha informado de la posibilidad de contar con este servicio a través de un vuelo no tripulado a algunos ayuntamientos para actuar en sus instalaciones deportivas o zonas verdes una vez la empresa disponga del dron. «En el caso del césped te ahorras mano de obra, te evitas tener que pisarlo y, a una altura de medio metro, puede realizar el recorrido y la aplicación», destacó Flor Palomares, que hasta ahora utilizaba el dron para tomar imágenes al tener el carnet para dispositivos de menor tamaño.

Por lo que respecta a cultivos agrícolas, Ramón Flor señala como ejemplo que se puede utilizar este sistema para tratamientos foliares en el caso de los cítricos e incluso en el caqui para la Mycrosphaerella Nawae. También se puede utilizar para realizar fumigaciones aéreas contra insectos voladores.

Cabe señalar que, esta misma semana, el instituto Ainia, la cooperativa Anecoop y AVA-Asaja presentaban el proyecto iDrone, un dispositivo equipado con un innovador software con capacidad predictiva capaz de controlar plagas, predecir cosechas y rendimientos de cultivos.

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