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Polémica

Un recurso del PP amenaza con reabrir la fractura de la izquierda en la Ribera Baixa

El alcalde de Sollana impugna la elección de Escrig como presidente de la Mancomunitat Compromís y EU desplazaron a la candidata del PSOE

Un recurso del PP amenaza con reabrir la fractura de la izquierda en la Ribera Baixa

La aparente tranquilidad que vivía la Mancomunitat de la Ribera Baixa tras el convulso proceso de elección del presidente el pasado verano puede dar un giro inesperado en los próximos días. El alcalde de Sollana, Vicente Codoñer, ha presentado un escrito de impugnación de la asamblea que designó presidente al concejal de Compromís en Favara Arturo Escrig en el que argumenta un defecto de forma en la convocatoria. La designación de Escrig consumó una fractura en la izquierda, incapaz de aplicar el Pacte del Botànic en la Ribera Baixa, ya que los votos de Compromís y Esquerra Unida consiguieron desplazar a la candidata que presentó el PSOE, en este caso, la concejal de Almussafes Davinia Calatayud.

Vicente Codoñer, único alcalde del Partido Popular en la Ribera Baixa, expone en el escrito formalizado su voluntad de impugnar tanto la asamblea general celebrada el 7 de agosto «como la totalidad de los acuerdos adoptados en la mismo, en base a la falta de notificación de la convocatoria y, en consecuencia, falta de asistencia de los miembros de esta corporación».

El propio Codoñer reconoce que «en fecha 26 de julio de 2019 se notificó al Ayuntamiento de Sollana la convocatoria a la sesión extraordinaria de la asamblea general de la Mancomunitat de la Ribera Baixa prevista para el 31 de julio de 2016, con un único punto en el orden del día: «Constitución de la nueva corporación y elección de la presidencia, vicepresidencia primera y vicepresidencia segunda».

A esa sesión asistieron todos los representantes nombrados por los diferentes ayuntamientos, incluidos los dos representantes de Sollana, a excepción del de Benicull que excusó su presencia por motivos personales. Codoñer argumenta que no se celebró dicha sesión extraordinaria «sin motivación alguna por parte de la presidenta» y se comunicó a los asistentes que se volvería a convocar «posteriormente». El alcalde de Sollana expone que lo peor del caso es que para la reunión celebrada la semana siguiente no se volvió a notificar al ayuntamiento que preside «ninguna convocatoria para ninguna sesión de la Mancomunidad de la Ribera Baixa».

Vicente Codoñer expone en su escrito de impugnación que con posterioridad tuvo conocimiento de la celebración de la sesión constitutiva de la Mancomunidad de la Ribera Baixa sin que el Ayuntamiento de Sollana hubiera sido convocado, «incumpliendo de forma notoria el procedimiento legalmente establecido, por lo que no pudo asistir por desconocimiento de su celebración» y solicita «tanto la nulidad de la convocatoria como de los acuerdos adoptados en dicha sesión, desconociendo el orden del día de dicha convocatoria así como los acuerdos adoptados en dicha sesión».

Un pacto casi imposible

La impugnación amenaza con reabrir un nuevo episodio de la guerra planteada por el PSPV-PSOE, por un lado, y Compromís y Esquerra Unida por otro. Cabe recordar que los negociadores de ambas partes fueron incapaces de pactar un candidato de consenso a pesar de que el bloque Compromís-Esquerra Unida aceptaba dar su apoyo a un candidato socialista, si bien no se logró llegar a un consenso tras la problemática surgida en Favara, donde Compromís y PSOE se enfrentaban por el representante del ayuntamiento en la mancomunidad. Este pulso provocó que los socialistas votaran a favor de una candidato del PP, en detrimento del concejal nacionalista Arturo Escrig, que a la postre fue quien finalmente resultó elegido presidente con los once votos de Compromís y EU, mientras que la candidata del PSOE, Davinia Calatayud, cosechaba seis sufragios. La votación registró dos abstenciones.

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