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El arte rupestre aflora junto al Xúquer

El arqueólogo Ximo Martorell participa en el descubrimiento de medio centenar de abrigos con pinturas en la Ribera y la Canal de Navarrés durante el trabajo de campo para su tesis

El arte rupestre aflora junto al Xúquer

Inició el trabajo de investigación con el foco puesto en el Abrigo de Voro, un conjunto excepcional de arte rupestre descubierto en Quesa en el año 1972 que había permanecido casi oculto a pesar de que las 115 pinturas que contiene lo convierten en el cuarto enclave más importante de la región, aunque gran aficionado y buen conocedor de los montañas, fue cogiendo perspectiva para, primero, ampliar el estudio al resto de abrigos decorados que se localizan en torno al río Grande, un afluente de segundo grado del Xúquer -desemboca primero en el Escalona- y al Macizo del Caroig en su conjunto.

El exhaustivo trabajo de campo que durante prácticamente una década ha realizado el arqueólogo de Tous Ximo Martorell como base de su tesis doctoral no sólo ha permitido elevar hasta 188 el registro de enclaves con manifestaciones rupestres en la zona, sino que ha puesto a la Ribera y, en particular a Tous, en el mapa del arte rupestre tras inventariar 41 yacimientos diferentes de los que 33 conjuntos se localizan en su pueblo. Martorell ha participado, en solitario o junto a otros compañeros de expedición, en el descubrimiento de 34 abrigos en la Ribera -31 en Tous, uno en Alzira, otro en Antella y uno en Llombai-, nueve en el río Grande y cuatro fuera de esta cuenca, en concreto, en Quesa, Navarrés, Enguera y Millares. En total, 47 abrigos. Martorell defendió su tesis en el salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universitat d'Alacant el pasado mes de mayo y obtuvo una mención «cum laude» con la máxima puntuación, que le permite optar al premio extraordinario.

Sociedades pastoriles

El amplio estudio realizado, recogido en 1.528 páginas y cinco tomos le permite concluir, por ejemplo, que son sociedades pastoriles en movimiento las que generan el arte rupestre en estas montañas de las comarcas centrales y centromeridionales valencianas, situadas entre las cuencas del Xúquer y el Serpis; que la secuencia analizada en el río Grande muestra una «indudable unidad» con el resto de conjuntos rupestres del Macizo del Caroig o que la evolución estilística observada en ambos coincide con las propuestas para el Alto Segura, la Valltorta-Gasulla y el núcleo de Aragón, si bien ha identificado nuevos temas o escenas hasta ahora desconocidos o poco representativos como, en el caso de Tous, escenas de recolección de la miel.

Concentración de yacimientos

El objetivo inicial con el que afrontó la tesis doctoral fue contribuir al conocimiento del arte rupestre en un territorio que alberga una de las concentraciones de yacimientos más importantes y reconocidas de toda la península ibérica, gracias a algunas investigaciones pioneras como las realizadas por Henri Breuil, Juan Cabré o Francisco Hernández Pacheco, y, sobre todo, a la publicación en 1988 del corpus «Arte Rupestre en Alicante» por parte del director de la tesis de Martorell, el profesor Mauro Hernández, y el Centre d'Estudis Contestans.

El arqueólogo de Tous centró la atención en el Macizo del Caroig, en un sentido amplio, y la cuenca media del Xúquer, ya que era el espacio que concentraba el mayor número de conjuntos, además de ser una zona que conocía bien. El trabajo se iba a centrar en el análisis de los abrigos decorados del río Grande, donde se conocían dos conjuntos de singular importancia, el Abrigo de Voro y el Abrigo del Garrofero, «que por aquel entonces precisaban de una nueva documentación y estudio», apunta el investigador. El modelo de trabajo consistía básicamente en analizar un número reducido de conjuntos rupestres afines geográficamente que proporcionaran la base sobre la que realizar observaciones más amplias, de carácter regional.

El intenso trabajo de campo ha permitido realizar una volumen de descubrimientos que Martorell valora como «relevante», ha rescatado del olvido un conjunto excepcional como el Abrigo de Voro para situarlo «en pleno corazón de la investigación sobre el Arte Levantino» y ha aportado nueva documentación del resto de yacimientos que componen la agrupación del río Grande. El arqueólogo destaca que, con la actualización del catálogo de abrigos del Caroig-cuenca media del Xúquer, éste ya suma casi 190 conjuntos.

Variedad de motivos

Por lo que respecta a la Ribera Alta, la tesis ha permitido inventariar 41 yacimientos con arte rupestre, que se distribuyen en los términos de Alfarp, Alzira, Antella, Catadau, Llombai y Tous. Las montañas de Tous concentran el mayor número de conjuntos, 33, que muestran además una gran variedad de motivos pintados y grabados, de cronologías prehistóricas e históricas, relata el autor de una treintena de hallazgos en estos parajes. Entre las primeras destacan algunas escenas de tipo levantino de singular belleza y significación (caza, violencia o recolección, entre otras) y de tipo esquemático, con paralelos claros a los localizados en el barranco Moreno de Bicorp, el río Grande (Navarrés y Quesa) o la muela de Cortes.

Ximo Martorell también subraya la existencia de un importante grupo de representaciones de cronologías históricas, desde la Edad Media a la Contemporánea, que fueron representadas, básicamente, por pastores, algunos de ellos trashumantes que dejaron sus nombres y lugares de procedencia (por ejemplo Campillos-Paravientos, en Cuenca, o Teruel) en las paredes de cuevas y abrigos, en losas próximas a corrales, o en cavidades cercanas a la Cañada Real de Castilla, un importante camino ganadero que une las sierras conquenses y turolenses con la Ribera Alta.

Cabe señalar que en Alzira, Antella y Llombai no se conocían yacimientos con este tipo de manifestaciones. En los dos primeros, ha localizado únicamente dos motivos pintados que por sus características técnicas y estilísticas ha clasificado provisionalmente dentro del horizonte esquemático, atribuyéndoles una cronología neolítica.

Por su parte, el yacimiento inventariado en Llombai cuenta con unas pocas manifestaciones grabadas de origen pastoril, al igual que las localizadas en Catadau. Sobre estas últimas, existía una breve referencia en la revista alzireña «Algezira», si bien habían caído en el olvido. Finalmente, las pinturas de Alfarp, que son las únicas de la Ribera Alta que cuentan con un cierre de protección. Son los conjuntos del Barranc de la Xivana y el Barranc del Bonico, si bien por el momento ninguno cuenta con un proyecto de puesta en valor que permita visitarlos.

La localización de 40 nuevos yacimientos durante el trabajo de prospección ha permitido destacar la importancia del trabajo de campo en la Arqueología. Del mismo modo, se constata la necesidad de plantear actuaciones integrales de documentación, que en este caso han permitido concluir que el Abrigo de Voro concentra el mayor número de motivos pintados y la secuencia más compleja del río Grande, que a su vez muestra una indudable unidad con el resto de conjuntos rupestres del macizo del Caroig-cuenca media del Xúquer.

Martorell concluye que el Arte Neolítico del Caroig-cuenca media del Xúquer es un producto generado por sociedades pastoriles desarrolladas en un paisaje serrano que recibe influencias de diversos ámbitos, principalmente mediterráneos, pero también del septentrión y el interior peninsular. Son los pintores de las sierras del Xúquer.

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