Hace más de un mes que la crecida del río Albaida provocó serios daños en parcelas agrícolas de la comarca, especialmente en Alberic, donde este afluente se une al Xúquer. Aunque también en Villanueva de Castellón. Poco a poco, los campos recuperan la normalidad y los productores tratan de cuantificar las pérdidas. Por el momento, son muchos los que han tenido que arrancar decenas de árboles que no se pudieron salvar del aluvión de cañas en el que quedaron soterrados.

Tanto el Ayuntamiento de Alberic como los propios agricultores trabajan desde hace semanas en la retirada de las cañas y los sedimentos que el río depositó tanto en parcelas frutícolas como en caminos rurales. «Estamos muy contentos con la actuación del ayuntamiento, aunque somos conscientes que no le corresponde a él hacer estas tareas», explicó ayer Vicente Boluda, agricultor de Alberic afectado, que añadió: «Nos han traído unas máquinas para retirar las cañas; entre eso y los dos hombres que tengo contratados hemos estado limpiando mi campo».

En su caso, hay una zona que «no se ha podido salvar» y ha tenido que arrancar una decena de árboles, ya que la cantidad de cañas era tal que no existía otra solución posible. Aunque hay otros agricultores que no han tenido tanta suerte. Blas se ha visto obligado a arrancar unos cuarenta árboles mientras que, según comentaban, otro compañero «ha perdido casi todo el campo de caquis». Decenas y decenas de árboles arrancados como un primer balance de los efectos de un temporal que ni siquiera descargó en la comarca.

«Situación de urgencia»

Cooperativas y almacenes han recolectado la cosecha que se ha podido salvar, pero muchos agricultores todavía están pendientes del veredicto de las compañías de seguros, cuyos peritos ya se han dejado ver en los campos afectados. Los productores tienen la esperanza de que éstas cubran los daños.

El alcalde de la localidad, Toño Carratalá, lamentó la situación vivida por aquellos vecinos que se vieron afectados y subrayó el apoyo brindado por el consistorio: «Los agricultores lo tenían muy mal. Llevamos semanas limpiando el término municipal porque los caminos eran intransitables, el volumen de trabajo era enorme y todavía se están realizando algunas tareas. Sabemos que son las administraciones superiores las que tendrían que haberlo hecho, teníamos la responsabilidad de dar respuesta a nuestros agricultores en un momento delicado en el que estaban indefensos. Era una situación de urgencia y teníamos que intentar paliarla con nuestros propios recursos», sentenció el alcalde.