La polémica se ha instalado en Benifaió a raíz de una tala de árboles en la pequeña plaza de Sant Antoni. Concretamente, se cortaron cuatro voluminosos ejemplares de más de treinta años, que se han sustituido por moreras de reducido tamaño. La acción se produjo tras las quejas de algunos residentes de la zona aunque ahora ha generado muchas más. Tanto vecinos como ecologistas no comprenden lo sucedido.

«Sabíamos que los árboles se iban a retirar porque la medida estaba en el programa del PSOE, pero jamás nos imaginamos que se llegarían a talar. Suponíamos que los trasladarían, como ya se hizo en el pasado. Es una auténtica burrada», comentaba a este periódico una vecina de la localidad, que añadió a continuación: «Recuerdo que el PP quiso hacer lo mismo con otros árboles enormes, alegaban que el traslado era demasiado caro, pero al final lo hicieron, se recogieron firmas para evitar la tala y se cambiaron a otra ubicación».

Los cuatro árboles en cuestión habían adquirido un tamaño considerable. Ostentaban un tupido follaje y albergaban en su interior aves, lo que se traducía en molestias sonoras para algunos vecinos y en suciedad de la vía pública. «Si llegaron a ese punto, es por el descuido del ayuntamiento. No se ha hecho un buen mantenimiento ya que ese tipo de árboles está instaurado en otras localidades y no suponen problema alguno. Además, seguro que és más agradable escuchar el canto de los pájaros que el paso de los coches», añadía otro residente, con claras inquietudes ecológicas.

Tras la tala, aparecieron algunos carteles de protesta junto a los tocones. «Jo vos donava oxígen i ombra», «Sóc una víctima de la incultura», «Jo vos donava vida perquè el verd...és vida» o «Sóc víctima de la insensibilitat» eran algunos de los mensajes que se podían leer. Los operarios municipales retiraron rápidamente las proclamas e hicieron lo propio con los tocones para dejar paso a los nuevos ejemplares.

«En una época en la que nos vemos afectados por el cambio climático, aquí cogen y quitan árboles que tenían casi cuarenta años, cuando los árboles amortiguan el ruido, generan oxígeno y ayudan a reducir la temperatura. Ahora bien, después los políticos van a hacerse la foto de rigor en el Día del Árbol mientras plantan uno. Lo que han hecho es un pecado», comentó al respecto una vecina indignada con la decisión tomada por el ejecutivo de Benifaió, a lo que añadía: «Además, aquí cerca hay un colegio. Por aquí pasan niños todos los días. Creo que les estamos dando un mal ejemplo».

Entre los vecinos, existe el temor de que el consistorio realice una nueva tala con otros ejemplares idénticos que están repartidos en varios puntos de la localidad, como es el caso de la parte posterior de la iglesia. «Queremos evitar que esta situación se vuelva a repetir, no se puede tratar a un árbol como a un trasto viejo que ya no te sirve», advertían.