Un buitre leonado sobrevoló e incluso paseó por la plaza Mayor de Alzira hace escasamente un par de semanas para sorpresa de los peatones, más acostumbrados a contemplar por esta zona plenamente urbana palomas y estorninos que una rapaz de un tamaño ya imponente. Su presencia representa algo puntual, pero no es la primera vez que un buitre se asoma por Alzira o algún otro pueblo de la Ribera. Un búho real se dejaba ver a principios de semana, a plena luz del día, en una zona agrícola en el linde de los términos de Corbera y Benicull, próxima a Alzira. Se tiene constancia de la presencia de esta singular rapaz en montañas de Alzira, aunque al tratarse de una especie de hábitos nocturnos resulta especialmente complicado contemplarla.

Buitres y palomas, estorninos y búhos reales, forman parte de un primer catálogo de aves avistadas en Alzira en el que trabaja la empresa La Granja dels Bitxos por encargo del área de Medio Ambiente del ayuntamiento, que contabiliza ya cerca de un centenar de especies, si bien el autor del trabajo, el ambientólogo Toni Rubio, subraya que se trata de una aproximación que, con toda seguridad, se queda corta. El técnico, no obstante, destaca que la cifra es de por sí reveladora de una amplia biodiversidad, propia de la vertiente mediterránea e incluso de toda la península frente a la presencia mucho más limitada de aves que suele haber en países nórdicos.

La grueso de las aves contabilizadas se pueden observar en Alzira en cualquier momento del año, mientras que una parte importante recalan para reproducirse en primavera y verano. El trabajo únicamente incluye una especie invasora, la cotorra argentina, que ha anidado en algunas zonas urbanas y en la avenida de los Deportes. «Hay especies exóticas que se liberan o que se escapan de las jaulas, pero no sobreviven. Se pueden ver muy puntualmente, aunque los depredadores las capturan con mucha facilidad, pero hay veces que estas especies sí se adaptan rápidamente al entorno urbano o periurbano y representan un problema porque acaban desplazando a especies autóctonas como el gorrión, entre otras», explica Rubio.

Comunidades agrícolas y urbanas

El trabajo distingue cuatro áreas o ambientes para clasificar las diferentes comunidades de aves -la forestal, agrícola, el entorno del río y la urbana- y si bien es la franja agrícola-forestal la que mayor diversidad presenta, los técnicos también alertan de la gran riqueza que se localiza tanto en el entorno del río como en el propio núcleo urbano. Rubio explica que la retirada de cañas del río y su sustitución por vegetación autóctona propicia la llegada de numerosas aves a este hábitat

Si bien la presencia de águilas perdiceras -incluida en el catálogo español de especies vulnerables-, búhos reales o busardos ratoneros puede resultar llamativa, Toni Rubio destaca la figura cuando llega la primavera del abejaruco, «el pájaro que más colores tiene de Europa», y que recala durante la época de reproducción antes de regresar a África. «La gente no lo conoce, pero se puede ver por el barranco de la Casella», comenta.

Esta primera aproximación a un censo de aves incluye entre las comunidades urbanas jilgueros, estorninos, vencejos, petirrojos, gorriones, carboneros o aviones, «oronetes cuablanca», por citar algunos ejemplos, mientras que en el ámbito del río y el bosque de ribera enumera una larga relación que arranca con el águila perdicera e incluye cernícalos, cárabos, urracas, fochas comunes o gaviotas patiamarillas.

El Ayuntamiento de Alzira pretende con este catálogo realizar una foto fija de la biodiversidad existente para darla a conocer y realizar un seguimiento.