Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

de ayer a hoy

El viejo centro comercial

Alzira también tuvo a mediados del pasado siglo su Carrer de les Botigues

La calle Faustino Blasco, a mediados del pasado siglo. alfonso rovira

Hace ahora 74 años que las fallas se plantaban en Alzira reguladas por la recién constituida Junta Local Fallera. Su presidente Antonio Martínez Benedito era fallero de la comisión que plantaba monumento en el Prado (el Mercat). Por este motivo, me vienen a la memoria a los entrañables vecinos de aquel espacio tan comercial de la Vila que se denominaba Calle de la Lonja. Con posterioridad, en los años 30, se llamó Faustino Blasco por haber fallecido en un accidente de caza en La Casella. Hoy comentaremos los alcireños que allí residían en los años 40 del pasado siglo.

Comenzaremos con los números impares. En la primera casa estaba la Carnicería de la Blanca, de Eduardo Caro; seguía la sastrería de Severiano Sampedro; después, en el número 3, la carpintería de Manuel Martín, quien sentaba a la mesa de la comida a sus veinte hijos;en el inmueble de al lado estaba el Bar Ideal, regido por Enrique Revert, donde se podía degustar la mejor leche merengada. A lado, que fue el Hotel Victoria, seguía la camisería de Francisco Miró. Después 'l'esmolaor' Enrique Lamelas y, en el primer piso, la peluquería de Enrique Boluda.

Dejando enmedio el Carrer del Pont, nos encontrábamos con la tienda de ropa de Enrique Núñez y, un poco más hacia el mercado, el ultramarinos de Ramón Córdova. Su vecino era Antonio Martínez Benedito, 'Conill,' con su comercio de tejidos; seguía la puerta trasera del Ateneo Mercantil e Industrial, el edificio que más servicios ha prestado. Por aquella época se ubicaban allí las oficinas de la C.N.S., la Hermandad de Labradores y Ganaderos, el Sindicato Vertical de Frutos y Productos Hortícolas, la Mutua Júcar, el Hogar del Camarada y la Sección Femenina de Falange. En el último piso se ubicaron escuelas nacionales, donde ejercían los maestros José Martínez de Castro, Julia Mateo Menéndez, Eleuterio Grau y mi padre, Ismael Rovira.

Años después este edificio acogió a la Asociación de Amas de Casa, la Sociedad Musical, la Junta Local Fallera, Cruz Roja y finalmente el Cuerpo de Policía Nacional y la Asociación de Jubilados El Júcar. A su lado existió un teatro llamado 'La Lonja', seguido de la fábrica de muebles de Agustín Carbonell y de la Posada de los Palomares. En los pisos de al lado, residían, entre otros, José López, popular taxista conocido por 'el Compadre'y Emma Carol, que había conseguido fama como cantante lírica gracias a su actuación en el programa «Micrófono para todos» de Radio Alzira. A lado de la posada se hallaba la 'espardenyeria de Justo Badenes y después la casa del sacerdote José María Parra, seguida de Agustín Hernándiz 'el Perolero'. A continuación llegaba Baltasar Peris, que se dedicaba a la fabricación de colmenas. Después el almacén de electrodomésticos de Paco Campos; la viuda de Graciano Álvarez, que vendía porcelana, y el piso de José Coves Just, que después fue presidente de ASVAT.

Seguía el almacén de plátanos de Patricio Soler; a continuación L'Hostalet d'Agustinet, que después fue ocupado por los asentadores de frutas Morell y Jordán; la fábrica de hielo de los Torremocha; la casa de venta de pucheros de Isabel Canet; y la tabernas de Salvador Darás y de la Simona, de Bernardo Hidalgo.

La parte izquierda de la calle Faustino Blasco terminaba con los establecimientos de coloniales de José Aranda y Francisco Alberola y, en la replaza, junto al 'Mur' del río, la churrería de Pepe García, padre de Gustavo García, gran fallero de El Mercat.

Retornando al inicio de la calle, recordaremos la camisería de Francisco Borrás; el estanco de Ernesto Dasí, la camisería de Enrique Sierra, antes zapatería de Argimiro Gómez; Tejidos Durá; después la ferretería Ligorit y, antes de llegar a la calle Costa, Tejidos Vicente Miró y la tienda del Randero, José Antonio Fernández. Pasando la calle Costa, llegaba la tienda de tejidos Gresa. Avanzando hacia el mercado, la oficina de Consumos, la tintorería de Diego, Agustín Martínez el 'fallero', la taberna de Llopis, el carnicero Manuel Morell, la Sociedad Colombófila, persianas Ríos, y, llegando casi al mercado, la taberna de Ricardo, la posada de los Sampedro y la pensión El Mercat. La calle terminaba con el acceso al mercado, salvando tres escalones, donde se situaban los asentadores de frutas. Casi todos los vecinos de esta barriada avivaron el fuego de la veterana comisión El Mercat. Para todos tenemos el mejor de los recuerdos.

Compartir el artículo

stats