Casi nunca llueve a gusto de todos, pero en los últimos años la climatología se está cebando en los apicultores, un sector cuya suerte camina pareja a la de los agricultores. Este fin de semana Montroy acoge la XXIII edición de la Fira Valenciana de la Mel, un evento lúdico y gastronómico de primer orden y que los organizadores no dudan en llamar «la feria más dulce de la Comunnidad Valenciana». Aunque ese sabor dulce que deja la miel, no se refleja en el rostro de quienes se encargan de cuidar y recoger el fruto de estos insectos que, con su afán, contribuyen a la polinización de un tercio de la frutas y verduras que todos consumimos.