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Los cazadores piden triplicar las cabras montés que se pueden abatir cada año

La sociedad de Sumacàrcer propone ampliar el cupo anual que la conselleria limita a ocho ejemplares para combatir la plaga - Estiman que los últimos tres años se ha duplicado la población

Varias cabras montés, el lunes, a los pies de la ermita. fermín garcía

La presencia de cabras montés en entornos urbanos, como ha sucedido en Sumacàrcer coincidiendo habitualmente con los meses más secos, suele ser un claro indicador de una abundante población en la sierra. La época de celo o berrea ha propiciado que en los últimos días esta fauna salvaje se vuelva a cercar al núcleo habitado -hasta ocho ejemplares se dejaron ver el lunes junto a la carretera- y los cazadores, que estiman que la población se ha podido duplicar en apenas tres años, no dudan en reclamar a la Administración que amplíe la autorización para abatir cabras como forma de mantener un control más efectivo de este tipo de fauna, que también deja su huella en el campo.

«Yo trabajo en el campo y todo lo que está más cerca de la sierra lo hacen a banderas, si pones plantones no puedes criarlos, te los matan», relata el presidente de la Sociedad de Cazadores de Sumacàrcer, Marcos Alós.

Sin episodios de sarna

La Conselleria de Agricultura y Desarrollo Rural autoriza cada año la caza de ocho ejemplares, cuatro machos y cuatro hembras -el año pasado se aumentó el cupo a doce «después de pelear mucho», recuerda Alós- y la sociedad vende estos precintos a los aficionados -habitualmente cazadores de fuera de Sumacàrcer- que pujan por ellos. De hecho, en los últimos días se ha visto por las montañas de Sumacàrcer a cazadores con arcos de poleas que asumen esta caza selectiva a través de una modalidad deportiva que comporta una mayor dificultad al tener que aproximarse más a los animales. «Es época de caza, y ahora que las cabras están en celo, es cuando se dejan ver los machos más viejos», apostilla Alós.

El presidente de la sociedad de cazadores, no obstante, considera que el cupo que anualmente fija la conselleria para controlar la población de cabras en Sumacàrcer es totalmente insuficiente. «Lo único que puede controlar la población de cabras es la sarna y desde hace dos o tres años no se han visto animales enfermos por lo que probablemente se pueden haber duplicado. Si en el caso de Sumacàrcer únicamente nos autorizan a cazar ocho cabras pero en la pasada primavera nacieron sesenta o setenta, poco podemos controlar», expone Marcos Alós, mientras relata que muchos agricultores le trasladan habitualmente quejas por los daños que esta fauna ocasiona en sus cultivos.

El directivo de la sociedad de cazadores considera que la conselleria debería facilitar «al menos» entre 20 y 25 precintos -un sistema de control numerado-, el triple de los que suele autorizar de forma anual, para que se pudiera ejercer un mínimo control sobre la población de cabra montés que, como ya informó en su momento Levante-EMV, no sólo se pueden contemplar en las montañas próximas al núcleo urbano, sino que incluso, se han visto correteando por las calles de Sumacàrcer para sorpresa de los residentes.

Camino del río para beber

También el pasado verano, coincidiendo con largas épocas sin lluvias, fue habitual la presencia de ejemplares de cabra montés en el entorno del núcleo urbano de Sumacàrcer en un itinerario que, al parecer, realizaban en dirección al cauce del Xúquer en busca de alimento y, sobre todo, agua.

La expansión de la cabra montés ha ido incluso más allá de las montañas de Sumacàrcer, Antella o Tous y, de hecho, a principios de año dos fotógrafos aficionados documentaron la presencia de una pequeña colonia en torno al Castellet de Villanueva de Castellón, un paraje situado al otro lado de la autovía A-7. «Nosotros pedimos que nos dejen cazar para tener un mayor control de la población», comenta el presidente de los cazadores de Sumacàrcer.

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