El gobierno de Villanueva de Castellón (Compromís-EU) pretende reabrir el debate sobre la normalización del topónimo en valenciano con el objetivo de cerrar un conflicto histórico que ha generado agrios enfrentamientos entre los partidarios de la denominación Castelló de la Ribera y los defensores de Vilanova de Castelló. La coalición gobernante tiene previsto aprobar en el pleno que la corporación celebra esta noche el inicio del expediente para tramitar el cambio de nombre con una propuesta que plantea una vía intermedia que evita cualquier «apellido» a una denominación que, según argumenta el alcalde, Òscar Noguera, se encuentra bastante generalizada: Castelló. Con todo, Noguera subraya que «no tiene la intención ni quiere imponer ningún nombre» y que el inicio de este expediente busca abrir un debate sereno con el resto de fuerzas políticas para «consensuar» el nuevo topónimo.

«La ley nos obliga al iniciar el expediente a incluir una propuesta y el topónimo que planteamos es Castelló, a secas, porque entendemos que el nombre del pueblo es ese y existe la posibilidad de que pueda ser convalidado por las Administraciones. Dicho esto, igual que nosotros renunciamos a una parte del topónimo que en un momento defendimos para no reabrir ninguna polémica, nos gustaría que los demás hicieran lo mismo», comentó ayer el alcalde, mientras subrayaba su voluntad de afrontar este proceso «de forma pacífica, moderada, sin soliviantar a nadie ni crear conflictos».

La denominación del municipio es materia sensible en Villanueva de Castellón. La voluntad de valencianizar el topónimo -el alcalde comentó que debe ser el único pueblo de la Ribera que aún no lo ha hecho- abrió hace 25 años una fractura social entre los partidarios de Castelló de la Ribera, vinculados ideológicamente a la izquierda local, y los detractores de esta opción -situados políticamente en la derecha- que planteaban como alternativa la denominación Vilanova de Castelló, que es había llegado a utilizar en los años ochenta. Las señales de tráfico han dado cuenta históricamente de esta batalla por el topónimo, que también ha tenido un largo proceso judicial.

Recurso al Constitucional

El ayuntamiento, con el PP en el gobierno, retiró en 2012 el último recurso interpuesto ante el Constitucional por la corporación anterior en defensa de la fórmula Castelló de la Ribera, por lo que la denominación oficial es actualmente Villanueva de Castellón, en castellano.

La coalición de izquierdas que ya gobernaba en la anterior legislatura -entonces también el PSOE formaba parte del gobierno- hizo algún amago de reabrir el debate, aunque dio marcha atrás. «Pensamos que había que solucionar primero otros temas pendientes como acabar con la deuda y sanear el ayuntamiento, la construcción del colegio Severí Torres... tenemos muchos temas encarrilados y pensamos que ha llegado el momento de intentar solucionar el del topónimo sin buscar enfrentamientos», incidió el alcalde, que no dudó en señalar que se trata de un problema histórico.

Cabe recordar que la corporación ha venido utilizando en los últimos años, avalada por un acuerdo del pleno, la marca «Poble de Castelló» a modo de logo genérico.

El acuerdo para iniciar el expediente requiere de una mayoría simple que el gobierno tiene garantizada y, según el alcalde, será el punto de partida para abrir el debate para intentar consensuar el topónimo. Una vez se decida la denominación, se debe remitir a la Acadèmia Valenciana de la Llengua para que realice el estudio histórico y lingüístico y dé el visto bueno a la propuesta. Ésta volverá al pleno para su aprobación definitiva, un acuerdo que requiere de mayoría absoluta y que, tras un período de alegaciones, debe ser refrendado por el gobierno autonómico y el estatal.