La comarca alzó ayer la voz para poner fin a la violencia machista. Los ayuntamientos e incluso el Hospital de la Ribera, que alertó de la detección de 49 nuevos casos en los diez primeros meses del año, gritaron «basta» contra una lacra social que cada año se cobra decenas de víctimas mortales.

El hospital de Alzira, además, escenificó en su vestíbulo «Hay salida» una representanción con le que se lanzó un mensaje de apoyo y esperanza a las mujeres víctimas de violencia de género. También acogió la exposición fotográfica «Micromachismos en la vida cotidiana». Sin salir de la capital ribereña, la concentración frente al ayuntamiento lamentó «los errores del sistema» que provocan que muchas mujeres que denuncian un caso del maltrato no tengan la ayuda necesaria.

Benifaió reclamó el derecho de las mujeres y niñas a ser libres y que la lucha contra la violencia de género se realice todos los días, mientras Turís mostró su deseo de no tener que volver a concentrarse contra la violencia machista «porque indicaría que ya no hay víctimas». Sueca avanzó el acto central de la celebraciones del día mundial para la erradicación de la violencia de género al pasado viernes día 22 de noviembre y ya reivindicó el fin de esta lacra social.

Cullera simbolizó con sillas vacías las vidas rotas de la violencia machista. En la localidad, 66 mujeres requieren la protección activa de la Policía Local frente la amenaza de sus maltratadores. Corbera leyó el manifiesto del grupo «Treballant per la igualtat» y concluyó su acto con la canción «No», del artista local DJ Artal; Almussafes, por su parte, reinvindicó «una sociedad justa e igualitaria, sin violencia» y mostró carteles en los que se leía «Ni una menys!». Favara fue más allá de la reivindicación en la calle y organizó un taller de defensa personal para mujeres y Llaurí les recordó que no están solas.