Tercera Ley de Newton: Para cada acción existe una reacción igual y opuesta. La oposición de Carcaixent, formada por Partido Popular, Ciudadanos y Units, intensificaron hace unos días sus críticas a los sueldos y el incremento del IBI con lo que calificaron como «una campaña de sensibilización ciudadana». Entre otras actuaciones, se lanzaron a repartir carteles con el lema «Se vende, no + impuestos» y a difundir proclamas similares a través de un megáfono instalado en un vehículo. Tras orquestar una manifestación contra el actual equipo de gobierno y aventar el populismo, el alcalde y sus más directos colaboradores se vieron anteayer obligados a huir bajo protección policial de la algarada organizada en el hemiciclo. Ayer, el líder popular, Salvador Ferrer condenó los hechos.

El alcalde de Carcaixent, Francesc Salom, se vio forzado a suspender el pleno del martes cuando se debatía otra propuesta de la oposición para rebajar los sueldos del gobierno local ante las numerosas descalificaciones e insultos proferidos por decenas de personas que abarrotaron la sala de la casa consistorial para reclamar la dimisión del primer edil. El tenso clima no era el propicio para el democrático ejercicio de la política.

Desde el inicio, los vecinos que asistieron al pleno elevaron la voz en incluso silbaban. De hecho, Salom pidió calma en reiteradas ocasiones para poder iniciar la sesión plenaria e insistió, tras no lograr que cesara la algarabía, que sin un cierto orden no se podría iniciar el debate. Paralelamente, varias decenas de personas también tomaron la plaza, algunas de las cuales lanzaron proclamas fascistas: «¡Viva Franco!», se llegó a escuchar desde el hemiciclo.

El pleno no se podía desarrollar con normalidad. De hecho, Salom optó que suspender la sesión. El ruido llegó a ser ensordecedor. Entre la multitud, no se sabe muy bien porqué, estaba el líder de Vox en Alzira, Ricardo Belda, formación que fue la más votada en Carcaixent en las últimas generales. La protesta se calentó con descalificaciones y actitudes violentas. Hasta el propio Ferrer reconoció a este diario que la situación era insostenible, aunque culpó de lo ocurrido a Salom: «Cuando Paco suspendió el pleno, es cierto que no se podía continuar. Pero él podría haber actuado de otra manera para evitarlo. Con todo, lamentamos lo ocurrido. La protesta era legítima, pero no podemos consentir que algunas personas se pasen a los insultos».

Policía desbordada

Tras suspenderse el pleno, la protesta continuó, aunque perdió toda legitimidad al tornarse violenta. Algunos de los vecinos allí presentes incluso se mostraron demasiado impetuosos ante una policía local que se vio desbordada. En esas condiciones, se decidió cerrar las puertas del ayuntamiento y se llamó a la Guardia Civil. Salom y sus compañeros de gobiernos salieron por la puerta de atrás gracias a un dispositivo de seguridad que permitió su marcha en un vehículo camuflado. Lo nunca visto.

La dirección del PSPV mostró ayer su poyo al ejecutivo local y condenó los hechos: «Desde el respeto, el consistorio puede atender las reivindicaciones que se planteen, pero nunca podremos apoyar actuaciones que atenten contra las instituciones, como las que se vivieron durante el pleno. En ningún caso debemos permitir que un grupo de personas utilice el máximo órgano de representación de la ciudadanía para bloquear una sesión que tuvo que suspenderse y que acabó en las calles con un escrache a los representantes municipales».

El conseller de Política Territorial, Arcadi España, natural de Carcaixent, también repudió lo ocurrido: «Condeno los actos de intimidación y violencia, tanto verbal como física, que se produjeron. Es posible defender todas las ideas y criticar las decisiones que toman los representantes de los vecinos de Carcaixent pero nunca se debe recurrir a la intimidación o a la violencia. No hay que fomentar esas actitudes; hay que hacer pedagogía y debatir para tomar las decisiones que se tengan que tomar, siempre desde el marco de la convivencia y la democracia. Hay que evitar dar alas a los extremismos y retomar la centralidad alrededor de un marco de convivencia. Hemos de hacer un esfuerzo para aislar a aquellos que quieren dividir y enfrontar a los vecinos», zanjó.