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Decisión

Salom repondrá el control de acceso al pleno para evitar nuevos alborotos

La corporación retomará la sesión suspendida por los altercados - El alcalde reconoce que el gobierno se plantea recuperar la presencia policial y que se aplicarán "todas las normas" para garantizar la seguridad

El salón de plenos de Carcaixent abarrotado en la sesión que se suspendió el martes. vicent m. pastor

El alboroto acontecido en el pleno de Carcaixent del martes no se repetirá, al menos con la misma magnitud. La sesión inacabada, de la que el alcalde y sus compañeros de gobierno tuvieron que salir mediante un fuerte dispositivo de seguridad, se retomará en los próximos días, aunque los mecanismos de seguridad serán más férreos, especialmente en lo que se refiere al control de aforo.

La sala consistorial tiene un límite que, salta a la vista, se sobrepasó. El pleno de este mes contó con demasiada gente, buena parte de la cual acudió única y exclusivamente a interrumpir su funcionamiento normal. Personas que prefirieron obviar las normas y, en vez de esperar a poder tener el turno de palabra para expresar su malestar y protestar por unos motivos tan legítimos como otros cualquiera, se limitaron a gritar y pegar golpes sin dejar espacio a la argumentación.

No obstante, eso no va a interrumpir el correcto funcionamiento de una institución como un ayuntamiento, que es uno de los símbolos de la democracia. «El pleno se tiene que continuar y será con una sesión extraordinaria en una nueva convocatoria cuya fecha está todavía por decidir, aunque desde luego será en los próximos días», aseguró ayer el alcalde, Francesc Salom.

Eso sí, no se cometerá el mismo error dos veces. El pleno seguirá siendo abierto, como hasta ahora, ya que no se quiere suprimir el derecho de aquellos vecinos que quieran acudir a él a presenciarlo, aunque se aplicará a rajatabla la normativa vigente. «Lo que ha pasado es muy grave, pero no tenemos que cambiar la manera de trabajar. Siempre se va a permitir a la gente que venga a los plenos y que participe en ellos, en eso consiste la democracia. Pero se debe hacer respetando las reglas de juego. Tras hablar con el resto de miembros del equipo de gobierno y consultarlo con la policía, hemos pensado que lo mejor es aplicar las normas, tanto a la hora de control de aforos como de turnos de palabra. Es algo que recordaremos en la próxima junta de portavoces y que se explicará a nuestros vecinos», aseguró Salom, que añadió: «De hecho, ya en los últimos plenos se ha visto que algún concejal no se ha comportado de acuerdo a la normativa o que, de forma sibilina, ha provocado que esto haya acabado así».

«Eludir la responsabilidad»

Se trata de unas normas que están pensadas, entre otras cosas, para que los representantes de una ciudad puedan ejercer dicha labor sin que se les violente por ello. «Evidentemente, aceptamos la crítica. La protesta es legítima, pero siempre que se sigan unas normas, de lo contrario se falta al respeto de las instituciones», puntualizó el alcalde de Carcaixent.

Salom también recordó que en el año 2015 fue su ejecutivo el que decidió retirar la presencia policial de los plenos porque «nunca había problemas». No obstante, no descartó que tras lo ocurrido esta semana se recupere. Con todo, incidió en que el principal objetivo ahora es «recuperar la normalidad de la gestión del ayuntamiento».

Por último, el alcalde lamentó la actitud de la oposición tras lo ocurrido: «Nadie se ha preocupado por nosotros y encima en sus manifestaciones públicas se limitan a eludir su responsabilidad, a trasladarnos la culpa de todos los males habidos y por haber y a rebajar la gravedad de las actuaciones de algunas personas».

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