Los cientos de deportistas que cada semana practican su deporte favorito en el pabellón Fontana Mogort de Alzira deberán esperar como mínimo dos años para volver a utilizar el recinto. La valoración de 485.000 euros realizada en un principio para la reparación de la cubierta se ha elevado hasta 1,3 millones de euros. La razón, que hay que cambiar completamente toda la cubierta y sustituirla por una nueva.

El Fontana Mogort fue el mercado de abastos de la ciudad desde 1968, situado entre naranjales de la partida de Alborxí. A principios de los años 80 se reconvirtió en pabellón deportivo -inaugurado en 1984- para lo cual se desmontaron los pilares centrales y se reforzaron los cuchillos para crear unos espacios diáfanos que albergasen las actuales dos pistas deportivas. Además, dicha estructura fue sobrecargada hace diez años con unas placas solares. Para su instalación se agujerearon las cubiertas, por cuyos orificios se oxidaron los tornillos y la estructura metálica. Además, de dichos cuchillos se colgaron las canastas de baloncesto que añadían más peso todavía. Para solventar el eterno problema de las goteras, la previsión inicial era poner una sobrecubierta encima del techo actual, con lo que se seguía sobrecargando la instalación. Ante la duda que surgió a nivel técnico se pidió una prueba pericial a unos ingenieros especialistas en estas cuestiones. El resultado del estudio fue que la instalación estaba en precolapso. «Podía haber caído por una granizada o un temporal de viento y causar un desastre», explicó el jefe del servicio de arquitectos del ayuntamiento alzireño, Miguel Vila. «Faltaban muchos tornillos que unían los cuchillos y alguno podía haber caído». Por esta rotunda razón, el ayuntamiento decidió cerrar la instalación definitivamente hasta dar una solución.

Licitación pública

El anteproyecto indica que lo más factible es sustituir la cubierta manteniendo la estructura del pabellón. Esta actuación está valorada en 1,3 millones de euros que podrían aumentar o disminuir una vez se tenga el proyecto. Cuando éste esté finalizado, para ajustar los costes, se presentará a las empresas para que hagan la valoración y finalmente será el mercado quien dé el coste definitivo cuando se saque a licitación pública.

Ante el alto coste y puestos a hacer obras, surgió la idea de rehacer el pabellón para que pasase de tener dos a cuatro pistas «aunque serían muy ajustadas porque queda muy poco espacio para el graderío», añadió Vila. Otra opción que se barajó fue la de construir un nuevo pabellón en la zona de Tulell que cumpla las actuales normas. Sin embargo, en ambos casos el coste sería similar, unos 5 millones de euros. Por tanto, la opción adoptada será la de construir una nueva cubierta, eso sí, más alta para cumplir con la reglamentación las normas NIDE.