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Valoración

El sector del caqui celebra que la justicia le exculpe de la fruta podrida al exportarse

La DO lo ve como un hecho puntual e insiste en que los transportistas deben cumplir unas normas escrupulosas para mantener la calidad

Un campo de caquis por recolectar en Alzira. vicent m. pastor

La sentencia que exime de toda culpa a una empresa por vender caquis que llegaron podridos a Dubai puede marcar un antes y un después. Cuando una fruta en mal estado llega a un país, éste puede pensar fácilmente que se trata de un producto de mala calidad, lo que dañaría la imagen por completo de todos aquellos que lo confeccionan. Pero no es el caso y eso es algo que se celebra en el campo.

«Es una decisión correcta. Salta a la vista que la empresa productora lo hizo bien y no es la culpable. La responsabilidad es de la compañía que realiza el transporte por no garantizar unas condiciones óptimas, en este caso concreto de temperatura. Los agricultores valencianos nos preocupamos mucho porque ofrecemos calidad, es nuestra seña de identidad», comentó al respecto el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores, Cristobal Aguado, que añadió: «El caso supone un atentado contra la fruta. En cualquier producción agraria, las compañías transportistas deben cumplir de manera escrupulosa una serie de normas para mantener la calidad de aquello que trasladan a otros países».

No está en tela de juicio, por tanto, la calidad de la materia prima. Al menos eso es lo que se desprende del fallo de la Audiencia de València, que ha absuelto a una empresa de Castelló de Rugat acusada de vender 41.864 euros en caquis podridos de origen valenciano adquiridos por una compañía de Dubai, en Emiratos Árabes, y confirma la sentencia que dictó en primera instancia un juez de Ontinyent. Concluye que una fruta en buen estado puede deteriorarse en el viaje.

«Se trata de hechos puntuales», matizó el presidente de la Denominación de Origen Kaki Ribera del Xúquer, Cirilo Arnandis, que prosiguió: «Lo que ocurra en un contenedor, es problema de aquel que lo lleva. Si no se cumplen unas condiciones de temperatura concreta, se puede lanzar a perder. Son problemas que siempre está ahí y que afectan a cualquier producción hortofrutícola. Cada día se mueven millones de vehículos cargados con kilos y kilos de frutas, verduras u otros alimentos. El transporte de estas mercancías es un asunto muy delicado porque si surge cualquier problema mecánico, estos productos pueden sufrir las consecuencias».

«Son cosas que pasan»

El caqui abrió hace relativamente poco el mercado de Emiratos Árabes, con todo, Arnandis restó hierro al posible impacto negativo que pudiera tener dicha circunstancia en una comarca que es la principal productora de caqui del país: «Este hecho no tiene porqué repercutir en las exportaciones, son cosas que pasan».

Los hechos juzgados tuvieron lugar en 2016. La empresa demandante, con sede en Gandia, reclamaba a Frutas Calabuig el dinero de varios pedidos realizados entre el 8 y el 20 de febrero de caqui Persimon variedad rojo brillante por importes de 21.051 y 20.813 euros respectivamente. En ambos casos se especificó que la mercancía debía estar preenfriada y que el destinatario final de la fruta era Al Sughaiyer Trading LLC, un distribuidor de Dubai. Del transporte de la mercancía se encargó la empresa naviera Tiba Internacional.

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