La Agencia Estatal de Meteorología decretó ayer el nivel de preemergencia amarillo por viento en la comarca y el aviso no pudo estar más acertado. Las fuertes rachas alcanzaron hasta los 90 km/h en algunas localidades provocaron daños materiales en vehículos y mobiliario urbano.

El viento ululó durante toda la noche y no dejó de hacerlo en a lo largo de ayer. En los puntos donde sopló con mayor fuerza se superaron los 80 kilómetros por hora. Según las estaciones meteorológicas instaladas por Avamet e Inforatge a lo largo de la Ribera, en el Perelló se registró la marca más elevada al alcanzar los 98 km/h. Se superaron los ochenta también en Guadassuar (87), Catadau (84), Montserrat (82), Favara (82) y Alzira (81).

Las consecuencias del viento no tardaron en materializarse. En varias localidades se han registrado daños de diversa índole. No hizo falta que amaneciese ya que de madrugada, un muro de unos tres metros cayó sobre un coche que se encontraba estacionado en el barrio del Clavel de Corbera. Los bloques de hormigón provocaron algunas abolladuras en la carrocería y rompieron la luna delantera del turismo. No fue el único automóvil que sufrió las consecuencias del fuerte viento. Ya por la mañana, en Alzira, el portalámparas de una farola se desprendió y se desplomó sobre un coche que se encontraba estacionado en la entrada oeste de la ciudad. El propietario se adentró en un establecimiento y, una vez en su interior, se escuchó un fuerte sonido. Al salir, la farola había destrozado la luna trasera del vehículo.

En la capital ribereña, la iluminación de Navidad protagonizó varios incidentes. A lo largo de la mañana, la Policía Local y una brigada municipal atendieron varios avisos en las avenidas Sants Patrons e Hispanitat. El fuerte viento agitaba sin piedad las luces que, colgadas de farolas, amenazaban con caerse sobre la vía pública. Algunas, incluso, llegaron a desprenderse y se quedaron colgando a varios metros del suelo, en un momento que atemorizó a los vecinos que por allí deambulaban o circulaban con sus vehículos. Los operarios reforzaron los enganches de unos cuantos conjuntos lumínicos para evitar que se precipitasen a la calzada. Por su parte, el árbol de luces instalado frente a la Casa Consistorial no pudo mantenerse en pie y se dio de bruces contra el suelo. Los empleados municipales lo retiraron e hicieron lo propio con el que estaba ubicado en la Plaça Major, cuyas pequeñas vallas perimetrales de madera ya se habían caído. El viento también hizo añicos la puerta de cristal de la oficina de recaudación. Con todo, no hubo que lamentar daños personales.

Más allá de otros episodios, como la caída de ramas de árboles tan habituales en este tipo de situaciones, los ayuntamientos de la comarca realizaron ayer un ejercicio práctico de prevención y se cerraron parques y jardines; incluso se suspendieron algunos actos culturales y festivos.

Cae una palmera en Cap Blanc

El consistorio alcireño optó por cerrar al público, por precaución, los parajes de la Murta y la Casella y la feria navideña de atracciones. Cullera también clausuró sus parques y jardines para evitar posibles riesgos y canceló las actividades deportivas al aire libre en las instalaciones deportivas municipales. En la zona del Cap Blanc cayó una palmera.

En el caso de Alberic, el ayuntamiento tomó una decisión que ya se ha convertido en cotidiana en episodios de fuerte viento, ya que decretó el cierre al tránsito de la Avinguda Glorieta. También reforzó la vigilancia policial en las zonas más sensibles. Fortaleny optó por aplazar el acto con el que se pretendía dar la bienvenida a las fiestas navideñas a través del encendido de la iluminación del árbol. Finalmente se realizará el día 20. Por su parte, Carcaixent suspendió la ruta «La nit de la llum», prevista también para la tarde de ayer, y la trasladó en el calendario, concretamente al 3 de enero.