El titular del Juzgado nº 4 y de Violencia contra la Mujer de Sueca, el magistrado José Luis Mendoza Gastearena, impulsó en 2016 la creación del grupo «Treballant per la Igualtat», que integra a los catorce ayuntamientos del partido judicial. Desde entonces trabajan, codo con codo, junto a la Oficina de Víctimas de Violencia, la Mancomunitat de la Ribera Baixa y el Col·legi d'Advocats de Sueca. Su trabajo, que se ha convertido en un referente, ha sido galardonado por el Gobierno de España con la Distinción Meninas. «Este premio es de todos», afirma con humildad el juez.

El grupo de trabajo, que actúa de manera coordinada, está formado por mujeres y hombres de diferentes perfiles profesionales cuyo objetivo se centra en lograr una mejor protección y asistencia a las víctimas de violencia de género. Incluye a alcaldes y concejales de Albalat, Benicull, Benifaió, Corbera, Cullera, Favara, Fortaleny, Llaurí, Polinyà, Riola, Simat, Sollana y Sueca. Desde hace un año y medio se ha incorporando también a este proyecto el Col·legi d'Advocats de Sueca.

El grupo celebra una reunión cada tres meses, aunque hay un contacto diario. «Cada día que hay violencia de género en el juzgado informo de los resultados», explica el juez Mendoza. «Eso supone la concienciación de que el problema existe diariamente; lo cual es importante para los Servicios Sociales de los catorce municipios, para el colectivo de abogados y todos los demás», añade. La heterogeneidad del grupo garantiza que se puedan abarcar «más soluciones y dar unas respuestas más ágiles a las necesidades», enfatiza la vicedecana del colegio de abogados, Beatriz Gomar.

Más víctimas

«Hay que ser conscientes de que a fecha de hoy tenemos más víctimas mortales que hasta el año 2011», reconoce el magistrado. «Hace falta apoyo económico en materia de formación y de especialización, además de una mayor concienciación de la sociedad», subraya. Sin embargo, se muestra optimista de cara al futuro. «No podemos ser pesimistas, porque en ese caso ganaría la violencia a la sociedad y eso no nos lo podemos permitir», remarca.

«Te sientes optimista cuando una mujer sale del juzgado y te agradece los esfuerzos con una sonrisa, cuando acompañas a un niño para que se reúna con su madre tras una exploración y te coge la mano, cuando te regalan un dibujo que han hecho para ti mientras esperaban», cuenta emocionado. «Las víctimas llegan a tocarte la fibra sensible», coincide Beatriz Gomar. «Hay mujeres que las vuelves a ver pasados unos meses, tras finalizar el proceso de divorcio, y ha cambiado su aspecto, rejuvenecen porque se han liberado de las preocupaciones. Es reconfortante», admite la vicedecana del Col·legi d'Advocats de Sueca.

Las alertas anónimas

Mendoza agradece su aportación a todas las personas implicadas en el grupo. «Es muy importante la labor que realiza el juzgado por la guardia permanente que asume, así como la de seguimiento de los protectores de la Policía Local y la Guardia Civil», expresa. Y de forma muy especial, recuerda a «todas las personas que de forma anónima llaman al 016 o al 112 comunicando que han oído voces o gritos en casa de los vecinos, que han pedido socorro, y han tomado la decisión valiente de venir al juzgado para denunciar». Una tarea que ya nos implica a todos.