Vencer a este Alcoyano es francamente complicado y en su estadio, El Collao, todavía más. La UD Alzira tenía una mínima esperanza de dar la sorpresa en un campo que solo ha ganado en cinco de sus 36 visitas y ha encajado más de 100 goles. Sin embargo, el conjunto de Vicente Parras es una máquina de hacer fútbol y marcar goles al tiempo que defiende a las mil maravillas. Deportivistas y alziristas protagonizaron un bonito partido donde los aficionados locales valoraron al Alzira como el mejor equipo que había pasado por el Collao y que no afrontase el partido «colgado del larguero como otros equipos».
El técnico azulgrana, Pau Quesada, acabó satisfechos porque «fuimos fieles a nuestro ADN. Fuimos valientes, a presionarlos arriba y a atacarles». De hecho hubo llegadas de Carrascosa, Mauro, Abraham y Luis García, si bien, sin gran peligro para José Juan. El Alcoyano paso a dominar el juego pero se encontraba con un oponente muy ordenado que cerraba todos los espacios. La mejor ocasión blanquiazul se produjo en el minuto 35 por medio de Juli, con un disparo desde 40 metros que se estrelló en el larguero. A un minuto para el descanso, en una contra rápida por la izquierda, el centro se quedó a centímetros de dos atacantes alcoyanos. «Al final de la primera parte ya no pudimos presionar tanto porque teníamos planificado encimar a Machado, Jony, Juli,... y eran demasiados buenos jugadores a cubrir. Por lo menos llegamos a área rival, generamos faltas en campo contrario y sacamos córners», añadió.
En la segunda parte, el Alcoyano salió como un ciclón. Con una falta-semicórner, Acevedo forzó a Ferri a despejar de puños en el primer palo. Poco después otro córner ensayado por los locales fue servido al primer palo y Ferri sacó otra mano con grandes reflejos, sin embargo, la segunda fue un centro desde la izquierda que Navarro cabeceó a gol. El encuentro pudo volver a equilibrarse dos minutos después con el penalti cometido sobre Abraham pero Luis García no encontró palos al querer ajustarlo tanto al palo. El Alcoyano es una máquina de fútbol perfectamente engrasada y una preciosa combinación de toques rápidos y cortos fue culminada por Acevedo con un taconazo en el área pequeña. «Al errar Mauro el que podía haber sido el 2-1 ya nos vinimos abajo y el Alcoyano fue netamente superior», sostuvo el técnico. Pese al 4-0 final, el alberiquense Ferri impidió una goleada aún mayor con grandes intervenciones. Aún pudo Edu marcar a bocajarro el 3-1 pero un defensa se le adelantó en el área pequeña. La defensa alzireña se desmantelaba y en un córner Jony Ñíguez se imponía a todos en el salto a la salida de un córner, mientras que en una internada del debutante Antón, Jorge Moltó marcó el 4-0.
Ausencia de Santi
Para el próximo partido, Quesada espera recuperar al central Pepín porque «nos da fluidez atrás. Es el perfil de jugador que tiene el Alcoyano, veterano y con experiencia en Segunda B que supone un salto diferencial en el equipo». Sobre la ausencia de Santi en el centro del campo el técnico indicó que «había jugado los 90 minutos contra el Benigànim y tenía los gemelos cargados. Decidimos sacar dos mediocentros más frescos para presionar más arriba -Prieto solo jugó 23 minutos el miércoles anterior y Boix no jugó. Además, para mí Prieto fue el mejor de nuestro equipo», explicó el cullerense.
Pese a la contundente derrota, el Alzira conservó la cuarta plaza gracias al gol que marcó el portero del Silla, Lucas, contra el próximo rival alzirista, el Atlético Saguntino, que empató y se queda en la tabla a un solo punto de los ribereños.
