El emplazamiento propuesto por el IGME como potencialmente más idóneo de entre los tres estudiados se ubica, al igual que la planta de tratamiento, en el término de Guadassuar y a aproximadamente un kilómetro de distancia de la misma. Se trata de la opción más próxima que, a priori, evitaría el pago de compensaciones a un segundo municipio por el tráfico que puede generar esta instalación que recibirá el rechazo que sale tras el proceso de valorización de los residuos en la planta.