La corporación municipal de Villanueva de Castellón aprobó el jueves inicialmente la forma Castelló como nuevo topónimo, con los votos a favor de Compromís y la abstención del resto de grupos municipales, y sin tiempo que perder, hoy mismo se abre el período de información pública durante veinte días hábiles en el que cualquier persona interesada podrá presentar alegaciones, tras la publicación ayer del acuerdo municipal en el Boletín Oficial de la Provincia. Se trata de un paso más en un expediente administrativo que, según las estimaciones del alcalde, Òscar Noguera, se prolongará un mínimo de seis meses ya que la propuesta tiene que ser validada tanto por la Administración autonómica como por la estatal.
La hoja de ruta establece que el ayuntamiento deberá resolver en un pleno las alegaciones que se formulen antes de proceder a la aprobación definitiva del nuevo topónimo, si bien en el caso de que no se produjera ninguna reclamación en el trámite de información pública, el acuerdo inicial de la pasada semana se convertiría en definitivo sin necesidad de someterlo de nuevo a votación.
No obstante, el proceso administración del campo de topónimo no finalizará en ese momento ya que el ayuntamiento debe remitir el expediente a la dirección general de Administración Local, dependiente de la Presidencia de la Generalitat, y al Registro de Entidades Locales, un departamento que forma parte del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, para que emitan sus informes sobre la propuesta de cambio de nombre. Noguera se mostró esperanzado en no encontrar ningún escollo en el caso de la Administración autonómica una vez la propuesta que eleva el ayuntamiento ha obtenido el aval de la Acadèmica Valenciana de la Llengua (AVL), que valoró que el término Castelló sería una denominación correcta tanto desde el punto de vista histórico como lingüístico, mientras que en el caso de que el ministerio emitiera un informe contrario por la similitud con otros topónimos ya existentes, el ayuntamiento tendrá la posiblidad de formular alegaciones, lo que podría dilatar la tramitación del expediente. En última instancia corresponde al pleno del Consell aprobar el topónimo.
El alcalde de Villanueva de Castellón augura que el proceso de cambio de nombre se podría prolongar entre cinco y siete meses. Cabe recordar que Compromís, grupo mayoritario en el ayuntamiento, presentó la forma Castelló como alternativa de consenso que evitaba las dos opciones que en los años noventa provocaron una fractura en la sociedad local -Castelló de la Ribera, reivindicada por la izquierda, frente a Vilanova de Castelló, topónimo que defendía la derecha- y, si bien no logró el consenso que buscaba, tampoco generó oposición al no registrar votos en contra.
