Un nuevo temporal ha dejado patente la absoluta indefensión de los pueblos de la Ribera ante aquellas inclemencias meteorológicas que desembocan en avenidas de barrancos y ríos. El temido Xúquer volvió a causar daños de gran magnitud en Alberic y tuvo en vilo durante horas a Alzira y el resto de localidades de su curso más bajo. Los ayuntamientos no se cansan de pedir infraestructuras que ayuden a minimizar el riesgo de inundaciones en la población y lo han vuelto hacer. La ausencia de mecanismos de defensa les hace vulnerables en un escenario de cambio climático en el que las lluvias torrenciales son cada vez más virulentas y acontecen con mayor frecuencia. Es un clamor popular: se tienen que proyectar las medidas necesarias para solventar el problema.

El gobierno alcireño es uno de los que reactivó ayer la demanda de ayuda supramunicipal. La capital de la comarca vivió el martes una jornada larga y tensa, marcada por el estado de preemergencia que alertaba de la posibilidad de desbordamiento del Xúquer hasta la madrugada. Fue, precisamente, acabada la jornada y empezado el nuevo día cuando el consistorio pudo anunciar con satisfacción que el caudal del río se había estabilizado. Pese a la tormenta de ayer, la situación ya no empeoró, salvo en el Barranc Fosc.

Aunque Alzira cuenta con el Canal de les Basses, el gobierno local ve necesaria la ejecución de una segunda fase. Aunque ayer reclamó, a nivel general, más medidas para toda la comarca. Concretamente, el alcalde de la ciudad, Diego Gómez, insistió en la necesidad de que todas las localidades de la Ribera reivindiquen activamente un Plan de Cuenca contra Inundaciones e instó al resto de municipios a reclamar las infraestructuras necesarias para que la comarca pueda hacer frente a situaciones de emergencia con un riesgo menor para la población. Asimismo, incidió en que es necesario mejorar la información de los caudales de los ríos y los afluentes del Xúquer.

«Reclamamos tanto a la Delegación del Gobierno como la Confederación Hidrográfica del Júcar las infraestructuras necesarias para que podamos hacer frente a estos episodios que, desgraciadamente, cada vez son más frecuentes», proclamó Gómez.

No fue el único munícipe que se pronunció al respecto y reclamó la ayuda de las administraciones superiores. El alcalde de Aberic, Toño Carratalá, también se sumó a la petición de medidas. No en balde, la localidad volvió a ver cómo el Xúquer vertía sus aguas por el término municipal apenas cuatro meses de vivir un episodio similar. Aunque en aquella ocasión la crecida del río estuvo acompañada por una gran cantidad de cañas que quedaron depositadas en numerosos campos y caminos rurales, en esta ocasión se teme que los desperfectos son mayores. El Xúquer llegó incluso a afectar a la zona menos elevada del casco urbano.

«Peor que en septiembre»

«Después del día de absoluta emergencia hemos recorrido el término municipal para evaluar los daños y son cuantiosos. No hay que olvidarse que ya sufrimos muchos daños en la DANA de septiembre, cuando también nos vimos anegados por el Xúquer, que llegaba cargado de cañas», comentó al respecto Carratalá, que prosiguió: «El ayuntamiento asumió con fondos propios las tareas de limpieza, lo que supuso un coste de 20.000 euros. En esta ocasión los daños serán superiores, ya se observan grandes desperfectos en numerosos caminos rurales». Por último, el alcalde de Alberic reclamó una inyección financiera para paliar los daños: «Exigimos a las administraciones competentes una ayuda inmediata porque las actuaciones necesarias para recuperar la normalidad no pueden esperar».

Los alcaldes de la comarca deben recoger el guante de ambos munícipes y reclamar a las administraciones superiores no solo ayuda para recuperar la normalidad, sino para ganar tranquilidad. Algo que solo ocurrirá con fuertes inversiones que mengüen las consecuencias de las inundaciones.