Las intensas precipitaciones que en forma de lluvia o granizo ha dejado la borrasca Gloria en los últimos días han causado daños por las inundaciones provocadas en diferentes puntos la comarca de la Ribera, aunque también han contribuido a recuperar acuíferos, pozos, fuentes que se habían secado y afloramientos o surgencias de agua que dibujan preciosas estampas desconocidas para la mayoría de la población ya que sólo se pueden contemplar en momentos puntuales. Se trata además de paisajes efímeros que quien tiene la posibilidad de situarse ante ellos suele recordarlos durante mucho tiempo.

El barranco de Pertecates, un torrente de corto recorrido que nace en las montañas de Tous, en el conocido como valle de la Laguna, y desemboca en el Xúquer, ofrece en los últimos días una imagen espectacular con un gran salto de agua por encima de la cueva de su mismo nombre cuando, en muchos momentos del año, el barranco apenas lleva un fino hilo de agua que se desliza por la superficie de la roca en busca de los niveles inferiores. Algunos vecinos, buenos conocedores de las montañas de Tous, aseguran no haber visto nunca el barranco de Pertecates con un caudal semejante. La cascada que en los últimos días se ha llegado a formar al llegar el torrente a este cortado resulta impresionante.

No se trata de algo aislado. Las precipitaciones generalizadas en la comarca también han propiciado esta semana la recuperación en un recóndito rincón del valle de Aigües Vives de una cascada que los habitantes de la Barraca conocen como el Salt -de hecho, da nombre al barranco que nace a sus pies y va a buscar el Barranc de l'Estret- y que, tras episodios de fuertes precipitaciones, muestra una espectacular caída de agua desde las alturas. El salto se puede contemplar desde las inmedaciones de la carretera CV-50, una vez superado el Pont de l'Estret en dirección al núcleo urbano de la Barraca, en las montañas de la franja derecha.

Recuperación de fuentes

Las características de las montañas del término municipal de Alzira y su entorno, tanto por la formación de dolinas -depresiones del terreno en zonas altas en las que se acumula el agua cuando llueve- como por el tipo de roca caliza que está presente en ellas, propician las filtraciones del agua de lluvia que después aflora por multitud de fuentes, unas corrientes interiores que contribuyen a generar a su paso simas y cavidades de gran belleza, como la localizada hace escasamente unos meses durante los trabajos de reparación de una pista forestal en la Casella que, si bien tenía un tamaño reducido, contenía estalactitas y estalagmitas milenarias.

La instalación de una estación meteorológica que forma parte de la red de Avamet en el valle de la Casella ha permitido constatar en pocos meses la elevada pluviometría que registran estas montañas que, un temporal tras otro, suelen liderar los registros de lluvia en la Ribera. Los cerca de 330 litros por metro cuadrado caídos en apenas tres días durante la última borrasca han contribuido a recuperar algunas de las fuentes más conocidas por su proximidad a las sendas de acceso y caminos más concurridos del paraje. El agua, por ejemplo, ha vuelto al entorno de la Font Nova de la Casella.

Cabe señalar que algunas fuentes o surgencias que suelen permanecer secas la mayor parte del año -o incluso durante todo el año si éste resulta poco lluvioso- se han reactivado en los últimos días y no sólo en Alzira, sino también en otros municipios de la comarca. En Sumacàrcer, por ejemplo, se han recuperado fuentes de las que no manaba agua mientras que en otras que no habían perdido el caudal, como las que llegan al casco urbano, éste emerge ahora con más fuerza.

Es la cara amable que deja una borrasca atípica para el mes de enero que ha dejado cuantiosos daños con sus vientos huracanados unos días, el temporal de mar con olas que han alcanzado nuevos récords de altura y, en última instancia, las intensas precipitaciones en las cuencas altas de los afluentes del Júcar que han acabado provocando el desbordamiento del cauce principal.