. La popular expresión se puede aplicar a los agricultores de la Ribera en general, acostumbrados a sufrir las terribles consecuencias de los episodios climatológicos más adversos. Da la sensación de que ya no hay buenas campañas. Cuando no es el exceso de lluvia, es una ventolera. O una tormenta con granizo. O incluso una inundación. La borrasca Gloria trajo de todo un poco a la comarca. También algo inaudito: la segunda riada en apenas cuatro meses en Alberic. Los campos cercanos al Xúquer se transformaron de nuevo en una inmensa laguna. «Nunca habíamos tenido dos inundaciones tan seguidas. Yo prefiero no ir a ver mi parcela, tengo miedo de ir y volver a ver el desastre», expresaba Vicente Boluda, agricultor de Alberic afectado, otra vez, por la crecida del río. Para ellos, siempre llueve sobre mojado.
El hartazgo es generalizado entre aquellos productores que cuentan con parcelas, tanto de caquis como de naranjas, en las inmediaciones del río, ya que la situación se ha repetido durante varios años, aunque nunca dos veces en apenas cuatro meses. Aunque no es necesario estar exactamente al lado del cauce para haber sufrido las consecuencias. La crecida del Xúquer de esta semana fue espectacular y afectó una parte considerable del término municipal de Alberic.
