Una densa neblina que dificultaba la visibilidad a media distancia inundó ayer, por segundo día consecutivo, las calles de Cullera y el entorno de la zona litoral. Este fenómeno sorprendió el domingo a los vecinos y turistas más madrugadores, que se quedaron sin poder apreciar las vistas que ofrece la bahía y el castillo. Ayer se repitió la misma situación con mayor intensidad, incluso, coincidiendo con la entrada de los niños a los colegios, lo que provocó algunas retenciones de tráfico en el centro urbano. Este fenómeno se fue disipando de forma progresiva a medida que el día se abría paso y, poco a poco, la ciudad recobró la normalidad. Informa Joan Gimeno.