El primer catálogo de las especies de vertebrados que se han podido localizar en el término municipal de Alzira es un auténtico SOS sobre la situación de los anfibios, depredadores naturales de insectos como el mosquito tigre, que apenas representan el 3 % de una relación inicial compuesta por cerca de 160 especies. La utilización de pesticidas en el campo, por un lado, y la extensión del riego por goteo que, en muchos casos, ha comportado el abandono de balsas agrícolas, han contribuido a reducir la biodiversidad de sapos y ranas de forma que el trabajo realizado por el ambientólogo alcireño Toni Rubio por encargo del área de Medio Ambiente del ayuntamiento sólo identifica cuatro especies, tres de sapos junto a la rana común, todas ellas protegidas, lo que permite intuir que otras especies se han perdido con el tiempo.

La destrucción o desecación de balsas de riego no es la única amenaza que se cierne sobre estos anuros ya que, según alertó Rubio la suelta de especies exóticas -carpas de colores- en aquellas balsas que se conservan impide la reproducción de sapos y ranas. «Los peces se comen los huevos y perdemos miles y miles de ejemplares cada año», indicó el técnico, mientras señalaba que las balsas municipales en las que se producen estas prácticas «son las primeras que hay que vigilar».

Toni Rubio subrayó que los anfibios necesitan agua para reproducirse y son las especies más sensibles al cambio climático. «Los que peor lo están pasando y posiblemente nuestros hijos no lleguen a conocer», apostilló. El autor del catálogo se mostró contundente al señalar que, en Alzira, los anfibios no se reproducen en el río ni en la montaña, sino en balsas de riego, si bien alertó de que, en ese mismo ámbito agrario, el uso de pesticidas se convierte en una gran amenaza bien porque pueden sufrir intoxicaciones al transpirar por la piel o por la ingesta de insectos, de los que se alimenta.

«Cuando se pierde una balsa perdemos los anfibios. Si los agricultores fueran conscientes de que si dejaran algo de agua podrían criar...», comentó Rubio, quien destacó que allí donde está presente este depredador del mosquito tigre no llega la plaga.

Rubio compareció junto al concejal de Medio Ambiente, Pep Carreres, para presentar este primer catálogo de vertebrados, que nace de un largo trabajo de observación realizado por el técnico, complementado con otras fuentes documentales de bancos de datos de biodiversidad y testimonios orales. Se concibe como una relación abierta que puede ser ampliada en la medida que se detecte la presencia de otras especies.

El técnico destacó la gran riqueza de aves, que también pueden contribuir a combatir plagas como la del mosquito tigre. En este caso destacó las golondrinas como una de las mayores depredadoras de estos insectos. Por otra parte, citó al llamativo abejaruco como el ave con más color de toda Europa y destacó el cistícola buitrón, «esclafamuntanyes» en valenciano, por su reducido tamaño.

Ardillas en las montañas

En el caso de los mamíferos, Rubio incidió en la gran variedad de murciélagos que existe y también comentó que la ardilla vuelve a estar presente en las montañas de Alzira. En este sentido, dijo tener noticias desde hace ocho o nueve años de su presencia en la urbanización San Bernardo y, si bien reconoció que era «escéptico», localizó primero piñas roídas en esta zona y con posterioridad ha detectado a estos roedores por les Valletes de Bru o el Pas del Llop.