La propuesta del Ayuntamiento de València de celebrar del 15 al 19 de julio las Fallas aplazadas por la pandemia del coronavirus ha generado más rechazo que simpatías en la comarca de la Ribera. «Me parece una aberración», sentenció ayer el presidente de la Junta Local Fallera de Carcaixent, José Vicente Gascó, mientras su homólogo en Algemesí, Juanvi Talamantes, reconocía estar «completamente enfadado» ya que nadie ha consultado con los municipios el nuevo calendario. Talamantes conoció la propuesta de celebrar las Fallas en julio cuando las comisiones de Algemesí permanecían reunidas con las autoridades municipales para valorar el alcance de la suspensión de las fiestas decretadas la noche anterior. «Algemesí celebrará las fallas cuando el coronavirus pase y nos digan que podemos hacerlo. Veremos cuándo tenemos un hueco en el calendario para acoplarlas, pero el mes de julio está completamente descartado por el calor y porque es un mes de vacaciones y en Algemesí no habrá nadie», incidió Talamantes.

El presidente de la JLF de Alzira, Jaume Bohigues, comentó ayer que València «se ha equivocado al marcar una fecha ya que nadie sabe lo que va a durar la crisis del coronavirus» y, si bien defendió que no es conveniente hacerlo hasta que las autoridades levanten la situación de emergencia, dejó entrever que, en el caso de Alzira, la celebración en julio podría generar problemas al solaparse con las fiestas patronales de San Bernat. «Existen otras entidades a las que hay que respetar», deslizó.

Tampoco en Cullera parecen dispuestos a celebrar las Fallas en plena temporada estival, según fuentes consultadas a falta de un pronunciamiento oficial, mientras que las comisiones de Sueca tenían previsto reunirse anoche para valorar las alternativas de futuro.

José Vicente Gascó, en la línea expresada por Bohigues, señaló que «no parece lógico que se ponga una fecha en plena crisis sanitaria sin conocer aún el alcance que va a tener. Mientras no sea así, sólo se pueden hacer suposiciones», dijo. El alcalde de Carcaixent, Paco Salom, se pronunció en idénticos términos en declaraciones a Onda Cero y, tras comentar que «no hay que tener prisa», indicó que la última palabra a la hora de fijar la celebración de las fiestas aplazadas la tendrá el colectivo fallero de la ciudad. El presidente de la JLF mostró, de entrada, su rechazo a la posibilidad de celebrar las Fallas en julio. «No voy a defender esa propuesta, con la indumentaria nuestra y las actividades que organizamos las fallas no me cuadra que se puedan celebrar en julio», incidió. Gascó abogó por tratar de celebrar las fiestas «en la medida que sea posible», si bien señaló que si en un plazo de dos meses no cambia la perspectiva, se podría empezar a contemplar la suspensión.

«No se pueden suspender»

Bohigues proclamó ayer que «no se pueden suspender las fallas» y, si bien a última hora de la tarde había convocada una reunión de presidentes -con el objetivo de pagar premios del año anterior y ver las necesidades de las comisiones para almacenar los monumentos-, dejó claro que «ahora no se pueden tomar decisiones, hay que estar unidos y esperar». El presidente de la JLF abogó por dejar pasar algunas semanas para ver como se desarrollan los acontecimientos antes de tomar cualquier decisión sobre el nuevo calendario o una hipotética suspensión que, de momento, no contempla. Talamantes también comentó que, si en el mes de junio no hay expectativas de celebrar las fallas, Algemesí se plantearía la suspensión, si bien en estos momentos, dijo, «no hemos pensado en cancelarlas, solo aplazarlas».