El alcalde de Villanueva de Castellón, Òscar Noguera, reivindicó en el pleno que desestimó la celebración de una consulta popular para decidir el nuevo topónimo que, en base a las manifestaciones de los diferentes grupos políticos, la forma Castelló que plantea el ayuntamiento en el expediente en curso ha logrado «el mayor consenso que ha habido en toda la historia» por lo que al cambio del nombre del municipio respecta, y agradeció en este sentido la abstención inicial del PP que, según dijo, ha «suavizado» el proceso.
El gobierno municipal Compromís-EU desestimó la única alegación presentada en la fase de exposición pública abierta tras la aprobación inicial del topónimo Castelló, que reclamaba precisamente la convocatoria de una consulta popular para decidir el nuevo topónimo. Tanto el PP como el PSOE se mostraron partidarios de convocarla, como habían pedido ya con anterioridad. «El mayor consenso es el que nos da el pueblo», indicó la popular Vicen Caerols, mientras la portavoz socialista Horte Gómez incidía en que sería «una buena manera de reforzar el cambio de nombre».
Noguera (Compromís), no obstante, replicó que, en base a las intervenciones en los diferentes plenos, «todos estamos más o menos de acuerdo con la forma Castelló, ¿qué más consenso quieres si hay doce a favor y uno que ha dicho que no?», preguntó de forma retórica, mientras recordaba que el único grupo que expuso un argumento en contra fue Esquerra Unida, socio en el gobierno local, que reivindicó la fórmula Castelló de la Ribera. «Hay un consenso no amplio, muy amplio», incidió el alcalde, mientras señalaba que los argumentos de PSOE y PP -ambos se abstuvieron en su momento- cuestionan el procedimiento, pero no el fondo.
Como ya adelantó Levante-EMV, un único vecino de Villanueva de Castellón había formulado alegaciones al acuerdo por el que el ayuntamiento, a la espera de los dictámenes de la Generalitat y el Gobierno central, aprobó la denominación Castelló. La alegación no cuestionaba el topónimo, pero reclamaba una consulta popular para decidir el nuevo nombre del municipio.
«Siempre hemos sido partidarios de la consulta, creemos que Castelló no va a ser posible», argumentó la portavoz del grupo popular, Vicen Caerols, que teme que el informe que tiene que emitir el Ministerio de Política Territorial sobre la coincidencia del topónimo con otros ya existentes desestime la propuesta.
Horte Gómez defendió que el pueblo «ha madurado» y que, a diferencia de lo que sucedió en los años noventa -cuando el cambio de topónimo provocó una fractura social entre los partidarios de la forma Castelló de la Ribera, aprobada por la izquierda, y los que defendían como alternativa Vilanova de Castelló-, en este caso no ha habido crispación, por lo que incidió en que «no hay ningún motivo para no convocar la consulta».
Òscar Noguera, en nombre de Compromís, replicó que lo lógico en todo caso hubiera sido realizar la consulta antes de iniciar el procedimiento, ya que ahora ya se han recabado informes de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) en torno a una propuesta concreta, Castelló, y lamentó que la oposición reclame una consulta sin concretar la pregunta que pretende plantear a los vecinos. «Cuando yo estaba en la oposición, cuando no estaba de acuerdo con algo y decía que no, explicaba los motivos y decía lo que yo haría, independientemente de lo que decidiera el grupo que estaba en el gobierno. Es lo que ahora echo en falta», dijo.
«Mientras el proceso esté en marcha se puede hacer la consulta», replicó el PP, al tiempo que el PSOE proponía que ésta fuera en torno a la pregunta: «¿Estás de acuerdo con el nombre Castelló?». Noguera, frente a las críticas, reivindicó que se ha tramitado el cambio de nombre en base a la normativa, «posiblemente mejor que nunca», defendió.
