Vicent Sanz, Eric Martínez y Arnau Gandia se han sumado a la cadena de "Makers" para la producción de protectores faciales con impresoras 3D. Los tres, vecinos de Alberic, disponen de estas máquinas en sus casas y dedican varias horas al día para crear unos equipos de protección sanitaria que se donarán a hospitales y residencias.

Cada pieza les cuesta entre una y dos horas de fabricación dependiendo de la visera, no obstante, en poco tiempo han conseguido reunir alrededor de 60 protectores. Están hechos con una lámina de acetato transparente, PLA, que es un tipo de plástico homologado como consumible y con resistencia suficiente para proteger el rostro, y una visera biodegradable enlazada con gomas de sujeción, que desinfectan una vez finalizado el proceso. "La solidaridad y la ayuda también es importante para superar esta crisis. Surgió la posibilidad de participar en este proyecto y no lo dudamos. A través del intercambio de ideas y la información recibida en varios grupos de Telegram, hemos ido perfeccionando el prototipo final", explica Martínez.

Los tres prevén que podrán producir unos 100 en los próximos días, pero temen que en una semana agoten los productos con que los fabrican. Por este motivo, han hecho un llamamiento para que aquellos que tengan capacidad, les puedan abastecer con plástico y bovinas de hilo. "Aportaremos nuestro grano de arena hasta que se nos agoten los componentes esenciales. En mi caso, hice un pedido el domingo y todavía no me ha llegado. La situación es difícil para todos", señala Sanz.

El objetivo es entregar los protectores al personal hospitalario, así como a otros profesionales que estén expuestos al público. "Animamos a todas las personas que tengan una impresora 3D a unirse a la causa. En el grupo de Telegram se han manifestado vecinos de Algemesí, Alzira y otros puntos de la Ribera. Es una bonita iniciativa para suministrar a los colectivos que más lo necesiten la protección adecuada", apunta Arnau.