La música que cada tarde anima el confinamiento a los vecinos de la plaza Mayor de Alzira tuvo que competir el domingo con una imagen nada habitual que, para aquellos que la tenían a la vista, llamaba incluso más la atención que las notas del himno regional o cualquiera de las otras canciones convertidas en himnos durante la actual emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.
Se trata de la presencia de un joven sentado primero -aunque después se levantó- sobre la barandilla del ático de uno de los edificios de la plaza. Un auténtico confinamiento de riesgo.
Mientras los vecinos de diferentes plantas de ese inmueble se asomaban a balcones y ventanas para aplaudir o dejarse llevar por la música que, cada tarde, se emite desde dos viviendas diferentes -antes del cambio de hora también la acompañaban con las linternas de los móviles aprovechando la oscuridad-, el inquilino del ático se encaramaba a la barandilla de la terraza.
Los residentes, según reconocieron algunos vecinos consultados, no se dieron cuenta de la situación hasta que empezaron a recibir fotos en sus teléfonos móviles alertando de una supuesta conducta suicida que, al parecer, no era tal, sino más bien una acción provocada por la euforia del momento.
Algunos vecinos explicaron que en ese ático vive un inquilino británico con su pareja y destacaron que se trata de personas muy agradables que, en la actual situación de emergencia sanitaria, fueron los primeros que pusieron un cartel en el ascensor ofreciéndose a ayudar a cualquier vecino que lo necesitara.
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