El covid 19 nos ha llevado a todos a la quietud. Hace tan solo un par de meses no teníamos tiempo ni para nosotros mismos. La sociedad, el trabajo y el entretenimiento nos tenían ocupados de la mañana a la noche. Este virus nos ha sacado de ahí.Tenemos que permanecer quietos. Hoy podemos saborear los regalos de que disfrutamos todo el año pero más despacio y caer en la cuenta además de lo buenos que son. No vamos a referirnos precisamente a los más valiosos como familia, amigos o creencias, sino precisamente a uno de los más pequeños, también muy familiar,el toldo.

Durante quince días han estado paradas todas las obras no urgentes. En mi despacho disfruto de luz natural en todas las estancias, la sala de reuniones con un toldo motorizado que abriga un techo de cristal que me permite modular la luz según la estación, la hora del día o la actividad que realizo, y junto a esta sala un patio con un olivo ya centenario que en determinadas horas recibe sol. ¡Qué bendición! Pues bien, esa luz natural que atraviesa nuestras pupilas estimula la segregación de serotonina y estimula nuestro bienestar. Por ello, no es infrecuente que los médicos escandinavos receten terapias consistentes simplemente en baños de sol. Además, esta feliz conjunción de patio y toldo es una máquina bioclimática excepcional que interviene en el acondicionamiento de nuestras casas, especialmente en los climas cálido-secos .

En verano, en las horas nocturnas, la temperatura es mucho más baja que las máximas diurnas, y se alcanzan diferencias de hasta 16ºC en Córdoba; 12º C , en Sevilla y en Villena, y 8º C en mi despacho. Durante la noche, retiramos el toldo y el cielo se transforma en un colosal sumidero de calor, produciéndose radiación del calor del patio hacia la bóveda celeste ,especialmente si el cielo está despejado. En el patio cerrado, se embolsa el aire frio nocturno de donde no se escapa por convección, al ser más pesado, cediendo el frescor a las habitaciones que lo rodean. Al mismo efecto colabora la ventilación nocturna, que con una construcción de gruesos muros se enfriarán y mantendrán las estancias frescas durante casi todo el día.

Recientemente, con un equipo pluridisciplinar, ganamos el concurso para rehabilitar el Palacio Consistorial de Villena dotado de un monumental patio con fachada de piedra y aprovechamos la oportunidad para aplicar estas estrategias bioclimáticas con los consiguientes ahorro de energía y mejora de la calidad en la iluminación natural de sus oficinas. En 2016, aportamos nuestra propuesta para el Teatro Regional en Tipazza, sirviéndonos de toldos para producir sombreamiento al edificio e informar en las horas nocturnas de las actividades que se desarrollan mediante proyección de imágenes sobre los citados toldos. Convertimos así al teatro en una especie de faro de la cultura en la wilaya (¿playa?) de Tipazza.

Por tanto, a pesar de las dificultades de este tiempo, si la pandemia es una oportunidad para vivir menos anestesiados y ser más conscientes de los regalos de que disfrutamos, podemos preguntarnos si no nos ha sucedido algo quizás fructífero a pesar de que dichos frutos no sean corrientes. Esos frutos producto de la contabilidad y del cálculo de ésos que sólo se pueden contar y calcular.