La historia se repite. Una persona sale a pasear por el entorno del casco urbano de Alzira y se tropieza con el cadáver de un caballo que alguien ha dejado abandonado en cualquier lugar más o menos escondido. Le sucedió el viernes por la tarde a Kristina, una joven que había salido a caminar con sus perros y una amiga y que, en un intento de alejarse de zonas más concurridas, se introdujo por los campos ubicados entre la Ronda Norte (CV-43) y el área comercial que se ha expandido en torno al hipermercado Carrefour, a la altura del conocido popularmente como puente de McDonald's por su forma y su color amarillo.
No observó nada al entrar en ese sector rural aunque, apenas hora y media después, cuando regresaba por el mismo itinerario, se encontró con el cuerpo de un caballo tirado sobre un entrador. No presentaba signos de violencia, tampoco de desnutrición, aunque ya tenía el vientre hinchado. La denuncia del nuevo abandono de un equino muerto a través de las redes sociales ha provocado decenas de comentarios de condena ante una práctica de maltrato animal que, de forma cíclica, se repite en Alzira.
«Es verdad que cuando estábamos en el campo escuchamos toser a alguien, até a los perros, pero no vimos a nadie y poco después nos encontramos el caballo tirado en un entrador. Yo creo que lo habían descargado allí ya muerto o, si estaba muy mal, lo llevaron hasta allí y lo abandonaron, comenta esta activista que colabora con diferentes protectoras de animales.
El aviso de la joven provocó que rápidamente se personara la Policía Local y la concejalía de Sanidad activó el protocolo diseñado por el Ayuntamiento de Alzira para retirar con la máxima celeridad posible el cadáver. «A parte de ser un trato inhumano a los animales, se trata de un problema de salud pública que no debería pasar», señaló ayer la concejal de Sanidad, Gemma Alós, quien confirmó que el ayuntamiento abre una investigación para tratar de identificar al propietario aunque, una vez más, el cadáver carecía de chip de identificación, lo que complica mucho las pesquisas.
Custodia de equinos vivos
La edil comentó que el abandono de equinos muertos es una situación que, desgraciadamente, se repite con «bastante frecuencia» y que, al parecer, Alzira sufre más el problema que otras poblaciones del entorno ya que el intento realizado en la anterior legislatura de organizar un servicio mancomunado para dar salida a estos animales no cuajó.
El consistorio tuvo que arbitrar una fórmula que garantice la retirada de estos cadáveres con celeridad y también un servicio que permita la custodia de equinos que son interceptados sin control por la vía pública, como ha sucedido en otras muchas ocasiones, en el entorno del barrio de l'Alquerieta especialmente.
«Yo pensaba que esto podía pasar de forma anecdótica, pero solo el año pasado, nada más entrar como concejal de Sanidad, en apenas un mes aparecieron cuatro o cinco caballos muertos lo que me sorprendió muchísimo», confesó Gemma Alós, mientras señalaba que estas situaciones suelen darse principalmente en verano, cuando los equinos sufren el rigor de las altas temperaturas.
Macabros precedentes
Con todo, el hallazgo de estas características más macabro se produjo en la primavera de 2018 cuando, en un pozo del barrio de l'Alquerieta, aparecieron los cuerpos de tres equinos decapitados, lo que provocó una manifestación del colectivo animalista contra el maltrato animal por las calles de Alzira.
Alós comentó que, en el caso del animal aparecido el viernes, «no parecía excesivamente viejo» pero, como tampoco llevaba un chip, «es difícil saber qué ha podido pasar». La concejal de Sanidad comentó que, desde que está al frente del área, únicamente el propietario de un caballo que había interceptado la Policía Local vagando sin control por la vía pública se ha personado con la documentación necesaria para recuperar el animal.
