La crisi sanitària generada por la covid-19 está teniendo una serie de consecuencias paralelas importantes para la sociedad. Cada vez son más las famílias que han de recurrir a la solidaridad para conseguir comida. En Cullera la ONG MOSS Solidaria y Cáritas han impulsado ayudas para garantizar el sustento a las familias mas necesitadas.

La idea de crear este grupo de trabajo surge de Mari Olcina, una vecina de Cullera fundadora hace dos años de la ONG MOSS Solidaria, que viene trabajando principalmente en temas de educación y sanidad en países de África como Etiopía.

El pasado 12 de marzo, cuando regresaba de rodar un documental en aquellas tierras africanas y viendo la magnitud que estaba cobrando la pandemia del coronavirus, decidió ponerse manos a la obra para intentar ayudar a las personas más necesitadas. Dicho y hecho se puso en contacto con servicios sociales del Ayuntamiento de Cullera, donde le confirmaron que estaban saturados de trabajo y ni corta ni perezosa se puso en contacto con Cáritas para crear un grupo de voluntarios y poder ayudar a estas familias.

Lo primero que hizo María Olcina fue contactar con el restaurador Paco Rocher del Mareny de Sant Llorenc para valorar que se podía unirse al grupo de voluntarios. No lo dudó. En principio empezaron con cinco menús diferentes, realizando 30 menus diarios habiendo pasado en la actualidad a los 100, el máximo que permite la logística del restaurante.

Pero no contenta con ello Olcina juntamente con Cáritas se ha decidido a crear un Banco de Alimentos para poder ayudar a las familias más necesitadas. Para ello y utilizando un local de su propiedad, ubicado en la calle Blasco Ibáñez 5 de Cullera, que viene utilizando en las épocas estivales como tienda de zapatos y complementos, ha cambiado su utilidad y lo dedica a la recogida de alimentos y el reparto a las personas más necesitadas.

En la actualidad un grupo de voluntarios formado por 10 personas realiza el reparto de lo que han considerado los cinco productos básicos más necesarios como son legumbres arroz, pastas, harina y aceite. Al principio repartían entre 30 familias convirtiéndose esa cifra en la actualidad en 46 dando comida alrededor de 160 personas.

Los alimentos que reparten son entregados prácticamente por la solidaridad de los vecinos de Cullera, aunque se cuentan algunos casos curiosos como los trabajadores del supermercado Consum de la zona del Faro, quienes han decidido hacer una recolecta conjunta para comprar alimentos y que sean repartidos entre estos beneficiarios.

La apertura de los comercios y establecimientos ha hecho también que se vean algunas muestras solidarias como la de algunas personas que estaban recibiendo está ayuda y que han decidido que, tras reincorporarse a su puesto de trabajo, la ración que les correspondía sea distribuida entre otras personas más necesitadas.