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El comercio ve utópico fijar un precio mínimo para el caqui

Los exportadores replican que tienen que asumir los gastos de recolección, manipulado o transporte sin tener garantizada una cotización en destino

El comercio ve utópico fijar un precio mínimo para el caqui

«No somos los malos de la película, somos también grandes productores y queremos que el caqui valga dinero, pero es utópico fijar un precio mínimo en un mercado libre especialmente cuando, a nosotros, nadie nos garantiza el precio final en destino».

La Asociación Española del Caqui, entidad que agrupa a 45 comercios con presencia mayoritaria de exportadores valencianos, reaccionó ayer al movimiento del campo que reivindica precios que cubran los costes de producción tras el desastre generalizado de la pasada campaña y, si bien señaló que «todos estamos de acuerdo en que el caqui tenga un precio digno», advirtió por boca de su presidente, Pascual Prats, que «la ley de la oferta y la demanda dicta que cuando hay poco vale mucho y cuando hay mucho vale poco».

AVA ha anunciado que denunciará a la Agencia de Control Alimentario cualquier acuerdo de compra de caquis por debajo de los 0,27 €/kg, mientras que un movimiento apoyado por la Unió de Llauradors reivindica no vender a menos de 0,35 €/kg.

Pascual Prats, en un tono conciliador, abogó por unir fuerzas en el sector en lugar de «buscar culpables» y, tras señalar como «más realista» la estimación realizada por AVA -Prats cifra los costes de producción entre 0,21 y 0,27 €/kg en función de cosechas y calidades- reivindicó que la «realidad» del comercio tras adquirir un campo es que tiene que asumir prácticamente un coste de 0,50 €/kg «sin ningún tipo de beneficio» antes de que la fruta salga del almacén. Prats computa en esta cantidad la mano de obra de recolección (0,10 €/kg); el transporte al almacén (0,016); la mano de obra de confección (0,09 €/kg); los materiales de confección (0,136 €/kg, si bien en función del tipo de envase pueden ser muy superiores); el tratamiento contra la astringencia y para la conservación en cámara (0,024 €/kg), además de los gastos generales como empresa, que estima en 0,133 €/kg.

El presidente de la asociación de exportadores señaló que a esos gastos hay que sumar el precio que pagan por la fruta y, en ocasiones, el transporte, que puede oscilar de entre tres o cuatro céntimos de enviarla a Barcelona a 20 si el destino es Arabia Saudí o 1,70 en el caso de Hong Kong, así como la comisión del 12 % del mayorista que comercializa el producto.

«La gente tiene que saber que son costes fijos que tenemos las empresas y las cooperativas y que, después de todo eso, nadie nos garantiza el precio final en destino, que pueda haber reclamaciones.... No podemos ir en contra de un mercado libre y no podemos consentir que quedemos como los malos de todo. El que no quiera vender su producción que no la venda, pero poco a poco el mercado fijará el precio», incidió Prats, mientras señalaba que el agricultor siempre tiene la posibilidad de acudir a los tribunales si hay algún comercio que no cumplan los acuerdos alcanzados.

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