Las inmobiliarias de Cullera empiezan a recuperar el aliento después de la elevada anulación de reservas que habían sufrido para este verano durante los meses de abril y mayo. Si en aquellos momentos se estimó en hasta un 75 % la cancelación de reservas, la evolución positiva de la pandemia y la desescalada hacia la «nueva normalidad» está haciendo que el sector empiece a ver con ilusión este verano de 2020.
La Asociación de Inmobiliarias de Cullera (ASIM) confirma ese optimismo al señalar que «todo parece indicar que ya se ha llegado al punto de inflexión en cuanto a la anulación de reservas motivadas por la crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19». De hecho, en estos momentos se está produciendo un leve repunte de reservas de alquiler de apartamentos ya desde la segunda semana de julio, a la espera de que durante ese mes se empiece a recuperar la «nueva normalidad». Fuentes de ASIM-Cullera han confirmado que se está experimentando una importante mejoría en reservas de apartamentos.
«La principal preocupación de los posibles clientes, antes de realizar una reserva, radica en saber cómo funcionan tanto piscinas como playas, en especial los accesos, así como las medidas que se van a tomar tanto para desinfectar las instalaciones públicas, las zonas comunes y los propios apartamentos», señalan desde la asociación.
Las agencias de Cullera, tras el aluvión inicial de anulaciones, ven ahora con buenas perspectivas los meses de agosto y septiembre, en los que la demanda por parte de turistas internacionales ha experimentado un importante incremento. «Son muchos los extranjeros que están preocupados por la situación actual en España y están intentando realizar sus reservas para los meses del final del verano, aunque también se están recibiendo muchas solicitudes desde Francia a partir de la segunda semana del mes de julio», indican.
Pero a pesar de estas buenas perspectivas de reservas de clientes extranjeros, sin duda la principal demanda de apartamentos en el litoral de Cullera procede del turismo nacional, que ya está reservando para los meses de julio, agosto y septiembre.
El nivel de reservas va a ser muy inferior al de los dos últimos años, dos campañas excelentes para el turismo en la costa valenciana. No obstante, las inmobiliarias ya detectan que el nivel de reservas va creciendo de forma lenta pero progresiva y que los propietarios de apartamentos y las propias agencias de alquiler ven con optimismo la posibilidad de salvar un verano que se presumía muy complicado.
Todavía a expensas de cómo pueda evolucionar el mercado de reservas durante lo que queda de mes de junio, los propietarios de las inmobiliarias de Cullera están trabajando duro para intentar «no perder el verano y salvar este año que, sin duda, va a ser uno de los más complicados de los últimos tiempos», señalan.
