El hospital de la Ribera es demasiado pequeño. Siempre lo ha sido. Se diseñó incapaz de albergar en condiciones toda la cartera de servicios que desplegó Ribera Salud durante los más de 17 años en que gestionó el departamento de salud de la Ribera y que mantuvo la conselleria tras completar el rescate. El espacio es limitado y el margen de maniobra, incluso para organizar itinerarios exclusivos para pacientes de Covid-19, muy limitado. Durante la fase más dura del confinamiento se improvisó un circuito de entrada y salida para que los infectados no se acercaran a los enfermos convencionales para evitar riesgos de contagio, pero esta ruta segura ha «desaparecido prácticamente del hospital y hace días que se mezclan ambos tipos de pacientes», revela el comité de empresa.