El estrés laboral de los trabajadores del Hospital de la Ribera ha forzado una queja formal del cimité de empresa, que ha alertado de que la «gestión deficiente de personal» puede generar «retrasos diagnósticos» y afectar «negativamente la atención directa que recibe el usuario». El órgano de representación sindical también considera «una temeridad» que se haya recurrido a recién licenciados en medicina sin ninguna experiencia laboral para cubrir las sustituciones de verano.

El clima laboral en el hospital de Alzira es una olla en ebullición desde hace años. Las condiciones de trabajo ya eran un constante foco de tensiones cuando la empresa privada gestionaba el centro asistencial pero se agravaron cuando la Conselleria de Sanidad anunció la reversión ante el difícil encaje administrativo en la función pública del importante volumen de profesionales contratados por Ribera Salud. Y lejos de resolverse, los temblores internos se han acentuado a medida que los nuevos gestores públicos priorizan las inversiones en equipamiento, que se había quedado muy obsoleto, y aplazan el diálogo social. Solo faltaba la pandemia para que el terremoto aumentara más su intensidad. El resultado es eso: explosivo.

La plantilla del área de Urgencias, sometetida habitualmente a una fuerte presión, forzó una reunión con el comité de empresa la pasada semana. La escasez de facultativos que sufre y el retraso del plan de vacaciones fueron los últimos detonantes. «Desde hace tiempo no se cubren ni se sustituyen las bajas, permisos o jubilaciones de los médicos del departamento», admiten los sindicatos, una situación empeorada por la pandemia, ya que tampoco han podido reemplazarse las ausencias de los profesionales obligados a pasar la cuarentena.

Contratos precarios por horas

Y de cara al verano, ante un horizonte de incertidumbre generada por la dudosa evolución de la pandemia, el panorama es todavía más desalentador. La carencia de profesionales provocada por la pandemia ha forzado a la Administración a contratar a estudiantes que han acabado la carrera pero que todavía no han iniciado su necesario y largo periodo de formación para ejercer con garantías. «Carecen de la experiencia necesaria para trabajar en el servicio de Urgencias. Son contratos precarios y por horas. Vamos a tener problemas serios. Es una temeridad», advierte el comité de empresa.

Para completar el sombrío panorama que describen, los sindicalistas subrayan que se ha restado un facultativo en las guardias estivales del fin de semana y los festivos justo cuando aumenta la presión asistencial al sumarse el aporte de los turistas que triplican la población de la comarca durante el periodo estival. «El clima laboral es pésimo y están abandonando a su suerte este servicio fundamental», lamentan los sindicatos antes de alertar del «riesgo psicosocial del personal médico» adscrito a Urgencias. Por todo ello responsabilizan a los gerentes del hospital de cualquier incidente que pueda registrarse.