La petición de ayuda policial lanzada por el alcalde de Alberic, Toño Carratalá, para combatir a los okupas y cultivadores de marihuana ha dado sus frutos. Esta semana se han activado dos nuevos operativos policiales, uno en la urbanización San Cristóbal y otro en el casco urbano, que han permitido cortar 25 conexiones ilegales a la red eléctrica y otros quince enganches no menos fraudulentos a las tuberías de abastecimiento de agua potable.

La presencia de familias que ocupan ilegalmente viviendas y chalés se ha convertido en un quebradero de cabeza para las autoridades locales ante el escaso margen de maniobra que la ley concede para luchar contra este tipo de delincuencia, que cada vez cobra más auge. Tanto el alcalde de Alberic como sus homólogos de Càrcer, Alcàntera de Xúquer o l'Alcúdia se han manifestado en los últimos días sobre la necesidad de promover más aciones policiales que ayuden a disuadir a los delincuentes. La delegada del Gobierno, Gloria Calero, aprovechó su presencia en la Ribera el pasado miércoles para trasladar a varios ediles socialistas su compromiso de consensuar algunas medidas que satisfagan sus deseos.

Casas embargadas por bancos

El propio alcalde de Alberic ya ha sido citado por la Delegación del Gobierno para mantener la semana que viene una reunión que aborde esta problemática, que se extiende por la comarca sin demasiado freno. La ocupación de casas que los bancos embargaron a sus dueños ante el impago de crédito preocupan a cada vez más alcaldes, sobre quienes recaen las quejas vecinales contra estos delitos contra la propiedad. La preferencia ahora es entrar en segunas residencias que dispongan de piscina para combatir los rigores del verano. El vecindario de algunas urbanizaciones está indignado con los okupas.

La primera operación policial desarrollada en Alberic esta semana se llevó a cabo en un chalé de San Cristóbal el pasado lunes. La otra tuvo lugar a primera hora de la mañana de ayer en una zona urbana del municipio. Y llamó la atención de los agentes el elevado número de inmuebles que eran aprovechados para plantar marihuana, cuyo cultivo y venta se ha convertido en la forma de vida de muchos de esos grupos.

El alcalde de Alberic ha agradecido la «mayor presión policial, que va a contribuir, sin duda, a controlar la alarma social desatada entre la ciudadanía por la impunidad con la que delinquen».