Defensor del Pueblo Valenciano

El caso se remonta a mediados del año 2017. La mujer recurrió al Síndic de Greuges tras haber quedado en primera posición en la bolsa de auxiliares administrativos para la Mancomunitat, que ofertaba un puesto de funcionario interino a jornada completa. Pero recibió una llamada telefónica que cambiaba esas condiciones. Además, se le notificó la modificación contractual incluso antes de que se publicase la resolución definitiva con el orden de la bolsa.

«Al día siguiente, presenté alegaciones por registro de entrada y, sin haber publicado las listas definitivas, me volvieron a llamar presionándome para que aceptase o no el puesto. También lo hizo el presidente del tribunal, de muy malas maneras, diciendo que se había modificado el convenio de la subvención y ahora iban a contratar al 75 %, negándose a darme la oferta por escrito para poder renunciar o no, ya que no estaba conforme al incumplirse las bases. Me respondió que, si no renunciaba, mejor que no entrase a trabajar y que fuese a un juzgado si quería», aseguró ante el Síndic. Asimismo, detalló que la persona que quedó en segundo lugar guardaba parentesco con una integrante del tribunal, la cual abandonó el comité tras una reclamación de los aspirantes.

Según la versión facilitada por la Mancomunitat a la Sindicatura, la Diputación, una vez realizado el proceso selectivo, amplió la financiación que le había prometido y ese cambio le permitía cubrir media plaza más. «Con el fin de garantizar la equidad entre las dos personas que se iban a seleccionar, se procedió al llamamiento de los dos primeros aspirantes de la bolsa de trabajo que se había constituido para ofrecerles, en condiciones de igualdad, tanto en jornada como en retribución, una contratación que cubriera el 75 % de la jornada»,alegaron los responsables del ente comarcal.

Sin rechazo formal a la plaza

No obstante, también reconoció no disponer siquiera del documento definitivo con el citado incremento de la subvención y que la promotora de la queja no manifestó «ni su voluntad de incorporarse ni su voluntad de rechazar el ofrecimiento». Asimismo, la Mancomunitat esgrimió la «necesidad de cubrir la plaza inmediatamente» para defender la presión ejercida a través de las llamadas telefónicas que denuncia la afectada.

Varios meses más tarde, durante el intercambio constante de documentos entre ambas partes con el Síndic, la afectada mostró su perplejidad al enterarse, por terceras personas, que finalmente la segunda de la lista, cuya hermana dejó el tribunal tras las quejas de los aspirantes, y tercera de la bolsa habían entrado a trabajar en la Mancomunitat sin que ella hubiese aceptado o rechazado formalmente el puesto de trabajo. Algo que el ente comarcal dio por sentado al mostrar su inconformidad con el cambio ofrecido.