El joven de Sueca Axel Blanch Martorell y su familia son un claro ejemplo de que quien la sigue la consigue. La familia reivindicó en 2014 la necesidad de tener una educadora que aliviara el grado de dependencia de un estudiante que, por encima de todo, soñaba con aprender y formarse. La Conselleria de Educación denegó la solicitud, pero gracias a la presión social que se ejerció en aquel momento se consiguió que el Consell rectificara y acelerara el proceso para acceder a las peticiones de la familia Blanch Martorell. Representantes de la práctica totalidad de la sociedad de Sueca salieron a la calle para apoyar al joven que padece una atrofia muscular espinal de tipo 2.

La lucha iniciada por su madre, Rachel Martorell, ha tenido ahora su recompensa. Con el paso de los años el joven ha superado todos los obstáculos y ha avanzado con firmeza en sus estudios. Tanto es así que, esta pasada semana, el joven Axel se presentó a las pruebas del EBAU tras finalizar con éxito sus estudios de bachillerato en el instituto Joan Fuster de Sueca.

Mucho empeño

Este excelente resultado obedece al esfuerzo de una familia, los Blanch Martorell, que no han cejado en el empeño de que su hijo Axel recibiese la educación que le correspondía, adaptada a sus condiciones individuales. Son el vivo ejemplo de que el esfuerzo y la constancia siempre producen resultados. Y muestran el camino a seguir por quienes luchan por superar barreras y no temen las dificultades que encontrarán en el camino. Ellos han demostrado que los muros físicos no pueden resultar un impedimento.

La madre encontró limitaciones horarias y apostó por su hijo. Tuvo que dejar su trabajo para atenderlo y satisfacer todas sus necesidades, una lucha que no es única. También la viven muchas familias a las que agradará saber que Axel ha cosechado frutos muy nutritivos para quienes necesitan espejos en los que mirarse.

Adaptación a la fuerza

Los años de estudio para el joven Axel no han sido una carga para él. Al contrario. Es un estudiante con muchas inquietudes y ganas de aprender. Sus profesores admiten que es un claro ejemplo de cómo se debe afrontar el aprendizaje en las aulas.

En el IES Joan Fuster de Sueca, Axel se ha adaptado al disponer de una silla de ruedas especial que le ha proporcionado autonomía de movimientos. «La ayuda de una educadora ha sido importante; en el transcurso del bachillerato han sido varias las que han estado trabajando con él debido principalmente a cambios de destino laboral. Y sin este apoyo tan necesario, Axel habría tenido más problemas de adaptación», admite la madre.

A Axel, que ya tiene 18 años, le espera ahora la universidad a distancia (UNED) para cursar la carrera de Químicas tras analizar las opciones que se le abrían para realizar sus estudios online. «Mi ilusión era hacer Bioquímica para ayudar a las personas que lo necesiten pero he tenido que adaptarme a los programas existentes en la UNED», matiza el joven.

La ciencia ha auspiciado numerosos avances para tratar la atrofia medular pero, al igual que ha ocurrido con otras enfermedades, la pandemia coronavírica ha paralizado muchas de las invesgitaciones que se habían puesto en marcha, « algo que va a ir en detrimento de los enfermos», enfatiza la madre. Rachel ve «imprescindible» promocionar esos estudios clínicos que ayudan a tantos niños a corregir algunos déficits y que, con el tiempo, permitirán integrar en la sociedad a cualquier alumno sin miedos, carencias o discriminaciones.