El escenario que se avecina requerirá de políticas que favorezcan a la economía pero no dejen de lado las necesidades sociales más básicas. La ayuda de las instituciones va a ser vital para que negocios salgan adelante y las familias no caigan en riesgo de pobreza ante otra crisis de gran magnitud.
«Está por ver cómo funcionará la inyección económica que llegue de Europa, pero desde luego va a ser una situación de la que no se podrá salir sin ayuda. Es el momento de empezar a desarrollar un marco social para afrontar los problemas que se nos vienen. Hay que atender a todos los niveles. La estimulación monetaria debe favorecer esa fluidez de dinero que permita a las empresas continuar con su actividad pero sin que se quede nadie atrás», destaca el secretario comarcal de UGT.
Asimismo, los sindicatos ven inconcebible una práctica que se ha extendido: la continuidad de los ERTE en empresas que funcionan sin problemas. «No está justificada. No se puede regresar a un nivel de actividad importante para mantener unos números de trabajadores que son mínimos. El nivel de protección salarial que tenemos es de los más bajos de Europa, ya que solo cubre el 70 %. Eso va hacer que la capacidad de ahorro de las familias se esfume. Para muchas, han crecido las dificultades para llegar a final de mes», concluye Roselló.
